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Cientos de personas han recordado ante sus tumbas la memoria de los líderes comunistas: la revolucionaria Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. Se cumple el 101 aniversario de su asesinato.
Fue el 15 de enero de 1919 cuando variosparamilitares de extrema derecha, pusieron fin a la "revolución espartaquista".
Además, considerada una de las mujeres de mayor rango antiimperialista, Luxemburgo destacó tanto por su obra como por su lucha en favor de la clase obrera.
Rosa de Luxemburgo, una “revolucionaria” del siglo XX
En el cementerio de Berlín se dieron cita los líderes federales del partido La Izquierda, Katja Kipping y Bernd Riexinger; los jefes del grupo parlamentario, Amira Mohamed Ali y Dietmar Barsch, y el último jefe de Gobierno comunista de la extinta República Democrática Alemana (RDA), Hans Modrow.
Marcus Boës, portavoz de La Izquierda, afirmó que las cuestiones que preocupaban a Rosa de Luxemburgo y Liebknecht en aquellos años fueron: "la justicia social, los derechos humanos, la lucha contra el racismo y una política de paz activa". Asuntos éstos, en los que a pesar del paso del tiempo, siguen de plena actualidad.
"Las palabras de Rosa Luxemburgo son todavía hoy un referente de nuestra política", escribió Kipping en la red social Twitter, al recordar la afirmación de la líder comunista de que el desprecio a la vida y la brutalidad contra las personas muestran la capacidad del ser humano ante la barbarie.
Desde la Puerta de Fráncfort, en el barrio berlinés de Friedrichshain, partió rumbo al cementerio la tradicional marcha en homenaje a Rosa de Luxemburgo y Liebknecht en la que participaron representantes de diferentes corrientes de izquierda.
"Si queremos ser fieles al legado de Rosa y Karl tenemos que ser fuertes como ellos, fuertes y estar organizados en la lucha contra la represión, la explotación, la guerra y el fascismo. La amenaza fascista no deja de crecer", alertaron los organizadores de la marcha en su convocatoria.
Se mostraron "firmes" en su convicción de que "el capitalismo no tiene la última palabra en la historia" y en su "solidaridad internacionalista".
La teórica marxista Rosa Luxemburgo es, sobre todo, una de las figuras más importantes en la historia del marxismo, que representó el feminismo como pocas mujeres lo han hecho.
Luxemburgo es reconocida como una de las grandes revolucionarias del siglo XX y una de las fundadoras del socialismo democrático. Todavía es venerada como símbolo de la lucha obrera y el pensamiento socialista europeo.
Trayectoria de Rosa de Luxemburgo
Rosa fue una de las pocas mujeres que estudió en la universidad; indican los documentos de la época que era “muy inteligente”, hablaba once idiomas y realizó un doctorado. Está considerada como una de las mayores exponentes y dirigentes de la socialdemocracia europea.
Hija de un comerciante de Varsovia, nació en 1871 en Zamość, Polonia. Por su militancia socialista a los 18 años abandonó el país porque era perseguida por el Estado. Se refugió en Suiza. Según la página de la Fundación Rosa Luxemburg, allí terminó sus estudios, entró en contacto con revolucionarios exiliados y se unió a la dirección del naciente Partido Socialdemócrata Polaco.
Más tarde, con 24 años, contrajo matrimonio con Gustav Lübeck para adquirir la nacionalidad alemana y poder trabajar con el movimiento obrero en ese país. Luxemburgo fue redactora del periódico teórico marxista Neue Zeit y autora de varios libros. Tuvo un papel muy directo con la revolución de 1905 en Polonia y pasó largas temporadas en la cárcel.
En 1914, Luxemburgo fue, junto con los líderes rusos Vladímir Lenin y León Trotski, parte del reducido grupo de dirigentes socialdemócratas europeos que se opusieron a la I Guerra Mundial, lo que la llevó a romper lazos con los dirigentes del Partido Socialdemócrata.
Junto a Karl Liebknecht, nuestra protagonista de hoy fundó la Liga Espartaco, que más adelante se convertiría en el Partido Comunista Alemán. La líder socialdemócrata saludó desde la cárcel la Revolución Rusa de 1917, y al salir en libertad, participó activamente de las jornadas de la revolución alemana, que estalló en 1918, al finalizar la Guerra con la derrota del país lo que llevó a la caída del Káiser Guillermo II.
El 15 de enero 1919, Luxemburgo y Liebknecht fueron asesinados en Berlín por órdenes de la derecha del partido socialdemócrata. Sus cadáveres fueron arrojados a un canal. Tiempo más tarde, aparecieron el 31 de mayo.
Cartas de amor y revolución
Rosa Luxemburgo pasó tres años y cuatro meses en la cárcel durante la Primera Guerra Mundial. Allí solo recibía libros y cartas previamente censurados. Aún así, durante todo ese tiempo se las ingenió para seguir trabajando y escribiendo, haciéndole llegar ilegalmente a sus amigos algunas octavillas, manifiestos y artículos políticos, que en alguna ocasión llegaron incluso a publicarse bajo seudónimo.
En una carta a Clara Zetkin, por quien se celebra el Día Internacional de la Mujer cada 8 de marzo, Rosa señaló que estaba orgullosa de llamarse feminista, en una época en la cual los derechos de las mujeres eran restrictivos.
Cartas de amor y revolución es una selección de las cartas que Rosa Luxemburgo escribió a su pareja, Leo Jogiches, y al matrimonio Kautsky. Entre estos escritos aparece no solo la faceta más revolucionaria de Rosa, sino también la Rosa mujer, que se ponía triste pensando en un hijo que nunca llegaría y leía a los clásicos mientras escribía panfletos y proclamas.
Rosa Luxemburgo fue según muchos de sus contemporáneos, la pensadora marxista más relevante desde Carl Marx. Pero, tal como muestra estas cartas, Rosa era más que eso: era una activista, una luchadora.
Estas Cartas de amor y revolución muestran también otra Rosa: la Rosa enamorada, tierna, sensible. Es una mirada sobre la complejidad de un personaje fundamental para la comprensión de un momento histórico crucial.
8M: Una mujer excepcional
Rosa Luxemburgo forma parte de un legado de mujeres de pensamiento político de izquierdas que apoyaban el feminismo.
"Quien es feminista y no es de izquierdas, carece de estrategia. Quien es de izquierdas y no es feminista, carece de profundidad"
Este 8M se ha consolidado en el feminismo sin etiquetas, el de todo tipo de mujeres que luchan cada una por los derechos de todas y de todos, porque su lucha no es sólo la lucha de las mujeres sino la de todos los seres humanos que desean vivir en un mundo mejor. En definitiva, el mundo del que hablaba Rosa Luxemburgo, "donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes, y totalmente libres".
Algunas de sus frases
- "Quienes no se mueven no notan sus caderas".
- "Es necesario preparar a las masas en forma tal que ellas nos sigan con entera confianza".
- "Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres."
- "Hay que dar vuelta un mundo. Pero cada lágrima que corre allí donde podría haber sido evitada es una acusación; y es un criminal quien, con inconsciencia brutal, aplasta una pobre lombriz".
- "La democracia es indispensable para la clase obrera, porque sólo mediante el ejercicio de sus derechos democráticos, en la lucha por la democracia, puede el proletariado adquirir conciencia de sus intereses de clase y de su tarea histórica".
- "No debemos olvidar, empero, que no se hace la historia sin grandeza de espíritu, sin una elevada moral, sin gestos nobles".
- "Toda la fuerza del movimiento obrero moderno descansa sobre el conocimiento científico".
Sus últimas palabras fueron escritas la noche de su muerte:
"El liderazgo ha fallado. Incluso así, el liderazgo puede y debe ser regenerado desde las masas. Las masas son el elemento decisivo, ellas son el pilar sobre el que se construirá la victoria final de la revolución.¡El orden reina en Berlín! ¡Ah! ¡Estúpidos e insensatos verdugos! No os dais cuenta de que vuestro orden está levantado sobre arena. La revolución se erguirá mañana con su victoria y el terror asomará en vuestros rostros al oírle anunciar con todas sus trompetas: ¡Yo fui, yo soy, yo seré!.".
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