Los servicios básicos de agua son inexistentes en multitud de centros sanitarios del mundo

Carecer de servicios básicos de agua deja a 1.800 millones de personas con un riesgo mayor de contraer el coronavirus y otras enfermedades, ya que reciben tratamientos o trabajan en centros sanitarios en estas condiciones. Así lo advierten la OMS y Unicef.

“Trabajar en un centro de atención sanitaria sin agua, saneamiento e higiene es como enviar a enfermeras y médicos a trabajar sin un equipo de protección personal”, alertó el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.

“El abastecimiento de agua, saneamiento e higiene en los centros de atención de la salud es fundamental para detener la Covid-19. Pero todavía hay importantes lagunas que superar, especialmente en los países menos adelantados” apuntó el director general de la OMS.

Los servicios básicos de agua deberían existir en todo el mundo

El informe sobre 'Progresos mundiales en materia de agua, saneamiento e higiene en los centros de atención de la salud: primero lo fundamental' llega cuando el coronavirus está exponiendo deficiencias importantes en los sistemas de salud, incluyendo la prevención y el control inadecuados de las infecciones.

La OMS y Unicef insisten en que el agua, el saneamiento y la higiene son vitales para la seguridad de los trabajadores de la salud y los pacientes, y, sin embargo, no se da prioridad a la prestación de estos servicios básicos de agua.

En todo el mundo, 1 de cada 4 centros de atención de la salud carece de servicios de agua, 1 de cada 3 no dispone de acceso a puntos para la higiene de manos en los lugares donde se presta atención, 1 de cada 10 no tiene servicios de saneamiento y en 1 de cada 3 no separan los desechos de manera segura, según los datos que aportan estas entidades.

“Enviar a los trabajadores de la salud y a las personas que necesitan tratamiento a instalaciones sin agua limpia, inodoros seguros o incluso jabón pone en peligro sus vidas”, afirmó la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore.

“Esto era sin duda cierto antes de la pandemia de Covid-19, pero lo sucedido este año ha hecho que estas desigualdades sean imposibles de ignorar. A medida que reimaginamos y configuramos un mundo post Covid, asegurarnos de que enviamos a los niños y las madres a lugares de atención equipados con servicios adecuados de agua, saneamiento e higiene no es simplemente algo que podemos y deberíamos hacer. Es una obligación absoluta”, sentenció Fore.

A pesar de la gravedad del problema, Unicef y la OMS aseguran que se trata de algo que tiene solución. Las estimaciones preliminares del informe indican que costaría aproximadamente 1 dólar per cápita facilitar que los 47 PMA establezcan un servicio de agua en los centros de salud. Como promedio, se necesitan 0,20 dólares per cápita cada año para operar y mantener los servicios básicos de agua.

Según el informe, las inversiones aumentadas e inmediatas en agua y saneamiento producen grandes beneficios, ya que la mejora de la higiene en los centros de atención de la salud es la “mejor compra” que se puede realizar para hacer frente a la resistencia antimicrobiana.

Los servicios básicos de agua reducen los costes de la atención de la salud porque disminuye las infecciones asociadas a los centros de salud, que son costosas de tratar.

Contar con agua en los centros sanitarios del mundo hace frente a las enfermedades contagiosas

También ahorra tiempo, ya que los trabajadores sanitarios no tienen que buscar agua para la higiene de las manos. Una mejor higiene también aumenta la utilización de los servicios. Todo esto se plasma en un retorno de 1,5 dólares por cada dólar invertido, según este análisis.

Además, los servicios básicos de agua son especialmente importantes para las poblaciones vulnerables, como las madres embarazadas, los recién nacidos y los niños.

La mejora de los servicios de agua, saneamiento e higiene en los centros de atención de la salud es especialmente importante en torno al periodo del parto, cuando es excesivo el número de madres y recién nacidos que sufren y mueren, incluso a causa de trastornos prevenibles como la sepsis.

Unos mejores servicios básicos de agua, saneamiento e higiene podrían salvar la vida de un millón de mujeres embarazadas y recién nacidos, y reducir los nacimientos de mortinatos.