La Sierra de Madrid cuelga el cartel de 'completo' en Semana Santa

Los cierres perimetrales congregan desde hace meses y cada fin de semana a miles de madrileños en la periferia de la región: la Sierra de Madrid.

Y es que, los que vivimos en esa zona, vivimos cada sábado, temprano, cómo comienza el ajetreo. Las calles de pueblos como San Lorenzo de El Escorial se llenan de turistas, la carretera de acceso que sube la montaña queda cerrada y la parte de abajo del pueblo se colapsa de vehículos. Hay atascos hasta para ir a comprar el pan. Además, a su paso, sobre el suelo del campo solo quedan mascarillas.

Si no te dejan salir de Madrid... aprovechemos para conocer la región

Eso es lo que deben pensar muchos ciudadanos ante el cierre de Semana Santa. Las medidas de confinamiento perimetral decretado por el Ministerio de Sanidad, de obligado cumplimiento, han empujado a muchos a reservar en hoteles y casas rurales e incluso campings, en la Sierra de Madrid. Nadie está dispuesto a quedarse en casa, como en 2020. 

En este sentido, y ante la gran escapada regional que se avecina, Guadarrama ha pedido a la Delegación de Gobierno y a las Consejerías de Presidencia y de Medio Ambiente refuerzos de Guardia Civil y de Agentes Forestales, respectivamente, para controlar la afluencia de personas durante los festivos que vienen, días para los que ha diseñado un plan para controlar el aumento de población y visitantes.

La semana pasada, los alcaldes de Soto del Real, Manzanares El Real, Miraflores de la Sierra y El Boalo, Cerceda y Mataelpino enviaron una carta conjunta a la Comunidad de Madrid y al delegado de Gobierno regional, José Manuel Franco, para pedir "apoyo urgente" para garantizar la seguridad en los "caminos y vías públicas y pecuarias", que se ven "colapsadas de visitantes y vehículos" cada semana. 

"Estamos teniendo problemas de afluencia desde hace varios meses. Con el número de policías que tenemos, no podemos hacer frente al control no solo del Covid sino también de la naturaleza, del entorno y de la seguridad de los visitantes", explica José Luis Labrador, alcalde de Manzanares el Real, una población de apenas 840 habitantes al pie del berrocal de La Pedriza.

La escena es semejante en Miraflores de la Sierra, el último pueblo antes del ascenso al puerto de La Morcuera. "Antes de la pandemia, la población ascendía aproximadamente en 1.000 personas los fines de semana. Ahora estamos en 2.000 personas más. Esto nos genera un problema, porque por mucho que queramos no podemos hacer cumplir las medidas de seguridad con los efectivos que tenemos, necesitamos más", expresa Luis Guadalix, regidor del municipio. 

Ni una cama libre en la Sierra de Madrid

Las webs de reserva de alojamientos echan humo ante la llegada de una Semana Santa atípica, en la que la Comunidad de Madrid, como el resto del país, echará previsiblemente el cierre, dejando el turismo interior como la única salida de ocio para miles de madrileños en estas fechas tan señaladas. Sin embargo, los que se estén planteando ahora un plan diferente en las fiestas sin salir de la región, ya llegan lo menos un par de días tarde: prácticamente la totalidad de los alojamientos en los pueblos de la sierra madrileña y otros puntos del Madrid rural ya están llenos.

Ahora mismo es misión casi imposible encontrar un solo hueco en hoteles, casas rurales, viviendas de uso turístico e, incluso, hostales de carretera en enclaves como Cercedilla, Navacerrada, Guadalix, Guadarrama o Rascafría entre el 1 y el 4 de abril, los días festivos de la Semana Santa de 2021.

Pero la lista de localizaciones en la Comunidad de Madrid sin alojamiento disponible es mucho mayor

También se encontrarán con un ‘No Disponible’ aquellos viajeros que busquen estancia en las citadas fechas en todas las localizaciones perfectas para desconectar del ruido de la ciudad sin salir de Madrid: San Lorenzo de El Escorial, Miraflores de la Sierra, Pelayos de la Presa, Cadalso de los Vidrios, Cenicientos, San Martín de Valdeiglesias, Buitrago del Lozoya, Somosierra, Soto del Real, Patones, Manzanares el Real, Villaconejos o Colmenar de Oreja.

Mientras, se cuentan con los dedos de una mano las habitaciones disponibles en otros emplazamientos turísticos alejados de la capital, como Chinchón, Aranjuez o Bustarviejo.

Desde la Consejería de Sanidad recuerdan que, al menos de momento, están prohibidos los encuentros sociales en espacios privados entre personas que no sean del mismo grupo de convivencia, por lo que un viaje a estas localizaciones con amigos, por ejemplo, infringiría las normas que rigen para frenar la expansión del Covid-19.

La hostelería está feliz con los hoteles al 100 % estos días, ¿pero qué vendrá después?. La gente tiene que ser consciente de que sigue estando en una situación de riesgo, aunque esté en la Sierra de Madrid, y tiene que mantener las mismas medidas. Además, los vecinos pueden llegar a sentirse incómodos ante determinados comportamientos que se repiten un finde tras otro. La afluencia masiva sin precedentes provoca sentimientos encontrados entre los habitantes del entorno rural que van de la comprensión al enfado. Las consecuencias negativas afectan a lo más básico de la vida cotidiana. Los vecinos de la Sierra quieren ir a tomar su aperitivo a su bar y no pueden.