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El alcoholismo es un problema de salud pública muy extendido en el mundo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, se estima que actualmente existen 237 millones de hombres y 46 millones de mujeres que sufren de esta patología. En España, el alcohol se convirtió en la sustancia que más implicaciones había tenido en casos de mortalidad prematuras evitables, enfermedad y discapacidad, según un estudio realizado por un grupo de investigadores, publicado en la 'Revista Sanitaria de Investigación'.
En este mismo estudio, señalaban que el alcoholismo era responsable directo de la llega de hasta 60 tipos de enfermedades diferentes, como el cáncer de hígado, esofágico o la cirrosis. Eso sin contar los daños colaterales que trae consigo en lo referente a la salud mental, que se agrava cuando el entorno familiar, laboral y social del paciente se ven afectados por esta patología.
5 síntomas para detectar el alcoholismo
Sin embargo, el alcoholismo es una enfermedad de difícil detección, sobre todo en sus primeras etapas, ya que el consumo de alcohol se encuentra socialmente aceptado. Así lo señalan desde el Centro de Psicología Murcia, desde el que además presentan una serie de síntomas que pueden servirnos de guía para poder detectarlo, tanto para pedir ayuda nosotros mismo o apoyar a una persona que pueda estar inmersa en esta situación:
Se genera una tolerancia al alcohol
Según esta plataforma especialista en tratamientos psicológicos para el alcoholismo, uno de los principales síntomas es el haber desarrollado una tolerancia al alcohol. Esto indica que la persona ya ha alcanzado un punto en el que requiere más cantidad de esta sustancia para conseguir alcanzar la embriaguez. Esto se debe principalmente a que el cuerpo se adapta con el consumo asiduo, lo que ya nos indica una primera complicación.
Llegar a la dependencia física
Como se mencionaba en el punto anterior, una vez que generamos tolerancia al alcohol, esta pasa a ser dependiente. Es decir, nuestro cuerpo empieza a necesitar esta sustancia para "funcionar con normalidad". Es en este momento, cuando la persona puede llegar a experimentar el síndrome de abstinencia cuando deja de consumir alcohol. Algo que se caracteriza por experimentar ansiedad, temblores, sudores o náuseas entre otros.
Perder el control del consumo
Otro síntoma importante es el de perder el control sobre el consumo que hacemos de esta sustancia. Con frecuencia los pacientes que se encuentran en este punto, beben cantidades excesivas sin preocuparse por los peligros que puedan llegar a sufrir, como un coma etílico o algún otro tipo de accidente. También se observa cuando se bebe en momentos y lugares no pensado para ello como en el trabajo.
El comportamiento empieza a cambiar
El alcoholismo no solo tiene efectos sobre nuestra salud física, también impacta en nuestra salud mental y en nuestro comportamiento. La irritabilidad, la violencia o la depresión suelen aparecer de forma muy frecuente. En muchos casos, trastornos como la depresión o la ansiedad, tienen un camino de doble vía, es decir, pueden derivar de esta enfermedad o pueden generarla.
La negación
La negación se convierte en el primer obstáculo para vencer dentro del alcoholismo. Las personas que han desarrollado esta patología no son capaces de reconocer que la padecen, por muchos daños colaterales que ya estén experimentando. Es en estos casos cuando es más necesario tomar consciencia y pedir ayuda a profesionales tanto médicos como psicólogos para iniciar el tratamiento correspondiente.
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