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La subida de los precios es una realidad cotidiana que cada vez afecta más a los bolsillos de las familias. La subida del Índice de Precios de Consumo (IPC) no ha dado tregua, las últimas cifras de récord se registraron el mes de marzo, cuando llegó a super el 9 %, una subida que no había tenido lugar desde hacia décadas. El conflicto bélico que se vive en Ucrania cada vez se hace más notorio, principalmente desde que provocó que los precios de los hidrocarburos se disparasen y que desde entonces sea imposible reducirlos a pesar de las medidas tomadas.
La subida de los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, durante el mes de abril, alcanza cifras de locura. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), este valor se ha incrementado en un 10,1 % con respecto al de 2021 por estas mismas fechas. Desde que se creó el INE, en 1994, nunca se había llegado a registrar una subida tan elevada del IPC. Unas cifras que preocupan teniendo en cuenta que la subida de los sueldo no ha sido equiparable y que esto podría llevar a muchas familias a encontrarse en situaciones de precariedad y vulnerabilidad.
La subida de los precios se nota principalmente en la cesta de la compra
La principal afectada de la subida de los precios, como siempre, es nuestra cesta de la compra, que cada vez se llena menos por más dinero. De los 20 productos que más subieron en el mes pasado, 12 son alimentos o bebidas, entre los que se encuentran varios alimentos de primera necesidad como las harinas, los huevos, los cereales, el aceite, etc. Pero también se han visto afectados condimentos, hortalizas, carne o la leche.
A pesar de que el paro de transportistas, que tuvo un especial impacto en el abastecimiento de los supermercados, ha pasado y se trabaja con relativa normalidad, los intentos por tomar medidas que equilibrasen el mercado de la energía y los hidrocarburos parece no estar siendo del todo eficaz para hacer frente a esta subida de los precios escandalosa. Aunque el precio de la luz empieza a moderarse, sigue siendo demasiado elevado en comparación a precios del año pasado, que seguía siendo un 34,9 % más cara que en 2021.
El núcleo subyacente del IPC
A esto se le añade que, los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística, muestran que la subida de los precios esta llegando a alcanzar a otros productos de forma continuada, aunque estos no estén estrechamente ligados con la crisis energética, lo cual preocupa. Existe otro parámetro, el núcleo subyacente del IPC, que se calcula igual que el índice general, pero que a este no se le incluyen los bienes energéticos ni los alimentos no elaborados, de esta forma el valor obtenido muestra el alcance estructural de la inflación. En abril alcanzó un máximo histórico llegando a subir un 4,4 %.
Si no se pone una solución a esta subida de los precios, España corre el riesgo de incrementar su porcentaje de pobreza. Desde las asociaciones que trabajan con los Bancos de Alimentos del país, ya han advertido que se prevé una subida del 20 % de demandas en ayudas y que la pobreza podría estarse cronificando.
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