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El suicidio se ha convertido en una realidad común entre toda la población. Se trata de una muerte y realidad silenciada, que el afectado lleva por dentro y que, pocas veces, sale en busca de ayuda.
Según la OMS cada año mueren cerca de un millón de personas por suicidio. Muchos creen que se trata de una salida donde el dolor es mucho más fuerte que las ganas de vivir. Otros lo definen como una “salida fácil”, debido al sufrimiento que provocan a sus seres queridos tras el fatídico desenlace.
Existen indicios, pistas y síntomas que debemos advertir
Lo que sucede en la mente de una persona es todo un enigma. Desde fuera se vuelve complejo conocer todo lo que piensa esa persona y lo más importante, cómo se encuentra su salud mental en esos momentos. Aun así, existen algunos indicios que nos muestran el sufrimiento que realmente está viviendo esa persona. Por ello debemos tener en cuenta algunos indicios:
- La persona que elige el suicidio está atravesando un dolor emocional muy intenso. Muchas veces puede relacionarse con una depresión.
- Existen comportamientos muy negativos, falta de interés constante, de confianza en los demás e incluso en sí mismos. Muestran una actitud muy derrotista.
- Se sienten muy cansados, apagados, apenas disponen de energía para afrontar el día a día.
- Suelen experimentar dolores físicos, molestias óseas, musculares… Dolores que no alivian los tratamientos médicos.
- Se muestran muy irritables, se cierran en sí mismos.
- Muestran cambios en los patrones de sueño y alimentación muy evidentes.
Es importante tener en cuenta a los más jóvenes, los adolescentes de entre 15 y 29 años, ya que son los primeros en mostrar este tipo de actitudes y según la OMS, el suicidio en esta franja de edad se encuentra entre las diez primeras causas de muerte en el mundo.
Una gran parte de las personas suelen “avisar” de que van a hacerlo
Existe una gran parte de la población que suelen “avisar” de que van a hacerlo, que van a quitarse la vida. Algunas frases que destacan son: esta vida no merece la pena; lo mejor es irse y olvidarlo todo; todo se solucionaría si yo no existiera… Sin embargo, muchos no revelan sus intenciones, de ahí la dificultad para poder ayudarlos.
Los pensamientos suicidios van y vienen, en ocasiones esa persona se siente muy concienciada de lo que va a hacer y muchas otras, no lo tiene tan claro. Por eso, es importante tomarnos en serio cualquier conducta autodestructiva, debemos estar muy atentos de cada paso y acción que da esa persona.
En muchas ocasiones el suicidio se produce en un momento en que la persona parece estar bien, por lo que nos confiamos y dejamos a un lado la preocupación porque parece que han recuperado las fuerzas.
Acude a un especialista si te sientes superado
Es importante tener en cuenta que una depresión es siempre un momento existencial muy complejo, por eso se necesita ayuda profesional y apoyo. En estos casos es fundamental recurrir a un médico o a un especialista.
Quien elige la muerte piensa que ya no hay solución a sus problemas, que nadie les apoya o que lo mejor para acabar con estas molestias es desaparecer, recurrir al suicidio. Pero, debemos tener en cuenta que lo que se busca en realidad no es la muerte en sí, sino dejar de sufrir.
Por eso, en el caso en que la situación nos supere, busca apoyo externo, sobre todo de expertos. Está en nuestras manos cambiar estos pensamientos, ofrecer apoyo, amparo y amor a quien piensa que su dolor va a permanecer para toda la vida.
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