La importancia del tacto

Debido al COVID-19 se nos ha quitado de golpe el derecho y la necesidad de tocarnos, de darnos un abrazo, beso o simplemente una palmada en la espalda.

¿Y ahora qué?

Ahora hay 2 metros de distancia entre nosotros.

Desde que nacemos el ser humano está programado para recibir contacto, para ser tocados, es algo que necesitamos.

Los abrazos y la cercanía relajan, calman el estrés o malestar tanto físico como psicológico.

Necesitamos el contacto para vivir

Es una necesidad biológica, y todo aquello que es necesario para vivir nuestro cerebro lo convierte en una sensación agradable y placentera. Por ello el contacto es tan necesario y satisfactorio.

Los que nos dedicamos al masaje infantil y al contacto con los niños tenemos una expresión muy común entre nosotros "el tacto es el alimento de la piel".

De hecho hay estudios que demuestran que las personas que han sufrido carencias de cariño y cercanía durante la infancia tienen problemas psicológicos.

Es importante ser conscientes de que estos protocolos de seguridad para frenar el coronavirus traerán muy posiblemente otras consecuencias a la sociedad. Por ejemplo el aumento de rabia, ansiedad, miedos, angustia....

La propia OMS también ha advertido de los riesgos

Aseguran que ha aumentado en un 30% las personas que necesitan ayuda psicológica.

El contacto físico nos aporta confianza, pero está claro que tendremos que sustituir este por otros medios de comunicación, como la comunicación no verbal a través de miradas, grandes gesticulaciones con brazos y manos... Y aumentar también nuestra comunicación verbal, acostumbrarnos a decir más "te quiero" o "te echo de menos".

Es verdad que irremediablemente los niños que están creciendo en estos momentos de pandemia mundial, van a ser una sociedad seguramente más distante, menos empáticos, con más problemas para relacionarse. Esto tendrá a su vez un efecto en el motor económico y laboral.

Esperemos que cuando esto acabe seamos capaces de revertir estas ausencias de contacto y ayudar a que nuestros pequeños vayan creciendo en un mundo mejor. Ser capaces de recuperar el tiempo perdido sin contacto.

Lucía es maestra de Educación Infantil y Primaria
Especialista en psicomotricidad y estimulación temprana
Cofundadora del Centro Margüenda
Encargada de la parte Centro Margüenda Infantil