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En algún que otro momento de desesperación, o incluso actualmente, te hayas planteado formar parte del grupo de los empleados públicos. Desde fuera se ve que tienen grandes ventajas como un sueldo más holgado, comodidades en el horario o una estabilidad envidiable. Sin embargo ese no es el común denominador, ya que existen distintos tipos de perfiles que trabajan para hacer funcionar la maquinaria del Estado.
Los 6 tipos de empleados públicos
Y no es para menos, aunque sea de forma ligera, conocemos la intensa burocracia interna que puede llegar a tener un Estado, y esta no puede funcionar sola ni con un mismo perfil de trabajador. Por eso venimos a aclararte algunas dudas sobre los distintos empleados públicos que existen en España, y puede que alguno te convenza como profesión.
Funcionarios de carrera
Es el puesto al que la mayoría de interesados en las labores públicas aspira a llegar. Con un puesto fijo y un salario nada mal pagado, se convierte en uno de los puestos más apetecibles. Sin embargo, para llegar hasta el hace falta pasar por un proceso selectivo que muchas veces puede resultar complicado: las oposiciones.
Además, es importante tener en cuenta que dentro de este grupo no todos son iguales, ya que se dividen por cuerpos, escalas y grados, que a su vez exigirán un nivel de formación mínimo, que variará desde un titulo universitario previo, en el caso de los rangos más altos, hasta el titulo de educación secundaria obligatoria, en el que tiene menos requisitos.
Funcionarios interinos
No cuentan con la ventaja de la estabilidad como los anteriores. De hecho, estos empleados públicos son contratados cuando existe una necesidad urgente de ampliar la plantilla de forma rápida. Sus contratos no podrán durar más de tres años y las vacantes para estos puestos tienen que cumplir con algunos requisitos como una sustitución transitoria o un exceso de trabajo que se haya extendido más de nueve meses.
Personal estatutario
Dejando atrás el funcionariado, nos encontramos con otro tipo de empleados públicos, que suelen estar estrechamente relacionados con los sistemas de salud o educación. Están regidos por otras normativas propias, normalmente creadas por las comunidades autónomas.
Personal laboral
Este tipo de empleados públicos se queda fuera del funcionariado y se rige por el Estatuto de los Trabajadores. Normalmente son contratados para labores externas a la Administración del Estado, aunque no siempre, pero que se encargan de necesidades diarias como el mantenimiento de las instalaciones o la seguridad y vigilancia. Suelen ser puestos más técnicos y especializados y tampoco cuentan con las ventajas de ser trabajos fijos.
El personal directivo profesional
Como su propio nombre indica, el personal directivo profesional se encargará de las tareas de dirección en áreas de la Administración Pública que requieran de conocimientos profesionales, definidos por las normas específicas de cada Administración. Normalmente son puestos que se conceden por méritos y capacidades demostradas para el puesto.
Personal eventual
No hay mejor ejemplo para explicar este puesto que Fernando Simón. Un experto de confianza contratado para asesorar de forma especial al Estado en una materia concreta. No tiene un carácter permanente y es de libre nombramiento. Tanto su cese como su salario vendrán derivados de la finalidad para la que se le haya contratado. Tampoco hay un máximo de personas que pueden ser este tipo de empleados públicos.
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