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No es la primera vez que escuchamos el término "líquido" para referirse a situaciones de la vida moderna. Amor líquido, sociedad líquida y ahora trabajo líquido. ¿De dónde surgen todos estos conceptos y a que se refieren? La 'teoría líquida' como se la conoce, fue planteada por el filósofo polaco Zygmunt Bauman y la fue desarrollando a lo largo de toda su vida. En este planteamiento, se presenta el hecho de que los valores tradicionales han perdido su "solidez".
En sociedades cada vez más tolerantes, algo muy positivo, muchos de los valores tradicionales se han ido flexibilizando, "licuándose" debido al paso hacia la modernidad y varios cambios de paradigmas sociales. Pero esta situación no llega sola y en una única dirección. Detrás de esta liquidez se encuentra el sistema capitalista y sus formas para mantenerse a pesar de los cambios, y por supuesto impacta en todos los aspectos de la vida, desde la moda, el amor o incluso el trabajo líquido.
¿En qué consiste el trabajo líquido?
Pero centrándonos en lo que es específicamente el 'trabajo líquido', podemos utilizar esta teoría líquida para explicar las nuevas relaciones laborales con las que nos encontramos hoy en día y que han experimentado un importante crecimiento con la llegada de modelos como el teletrabajo. En esta liquidez laboral lo que prima es la flexibilidad en todos los aspectos, tanto de horarios como de lugar de trabajo, ya no necesitamos ir a una oficina de 8 a 4 de la tarde.
Pero también se disocian las jerarquías, se prima el trabajo en equipo o incluso el individual, teniendo como única responsabilidad el presentar el proyecto terminado. Por otro lado, en el trabajo líquido, tampoco hay demasiada estabilidad económica. Los trabajos autónomos o para ocupar puestos concretos en proyectos que llegan a un fin, también son muy habituales, aunque esto no siempre tiene porqué ser entendido como una ventaja.
¿Más ventajas o desventajas?
De hecho, el trabajo líquido también cuenta con desventajas y para mucho es casi un eufemismo para referirse a la precariedad laboral. ¿Por qué? Muy sencillo. En esta flexibilidad absoluta los trabajadores también han perdido algunas ventajas, como el de contar con un espacio laboral acondicionado para ejercer su trabajo, cuyos costes debe asumir la empresa. Una casa no es una oficina, y al menos en España, las empresas no cumplen con el acondicionamiento de estos espacios.
Por otro lado esta la desconexión digital. Lo mismo que nos permite trabajar desde cualquier punto del planeta, impide que nos desconectemos del trabajo en nuestro tiempo de descanso o vacaciones, pudiendo llegar a hacer mella en nuestra salud mental.
Y más allá también tenemos el aspecto económico, ya que el trabajo líquido no asegura ingresos estables, lo que no siempre es sencillo de gestionar. A pesar de que no todo son ventajas, la tendencia clara nos dirige cada vez más a modelos como este y el impacto de la Inteligencia Artificial y otras tecnologías quizá solo licuen más la situación.
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