El impacto de la presidencia de Trump en la lucha contra el cambio climático: retos y decisiones

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16/02/2025 - 19:00
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En 2024, Donald Trump volverá a asumir la presidencia de Estados Unidos en medio de un clima político y ambiental extremadamente tenso. El magnate ha sido conocido por sus posturas escépticas frente al cambio climático y su abierta preferencia por los combustibles fósiles. Un ejemplo de ello es el famoso lema de su campaña: "Perfora, bebé, perfora" (drill, baby, drill), que reflejaba su apoyo a la expansión de la extracción de recursos como el petróleo y el gas natural. Sin embargo, ¿qué consecuencias podría tener la vuelta de Trump para la lucha contra el cambio climático global?

La retirada del Acuerdo de París y su impacto

Durante su primer mandato (2017-2021), Trump tomó la decisión de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, un tratado internacional que tiene como objetivo limitar el calentamiento global a menos de 2°C respecto a los niveles preindustriales. A lo largo de su campaña para un segundo mandato, Trump ha prometido volver a salirse de dicho acuerdo, lo que implicaría un incumplimiento de los compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que el país se había comprometido a cumplir.

De acuerdo con la investigadora Lara Lázaro - en Newtral - , esto significaría una falta de acción frente a la reducción de emisiones, que debían reducirse entre un 60 % y un 66 % para 2035 en comparación con los niveles de 2005. No obstante, según Chris Hilson, director del Centro para el Clima y la Justicia de la Universidad de Reading, la retirada de EE. UU. ya está más o menos asumida, y otros países seguirán adelante en su lucha contra el cambio climático.

Mayor emisión de gases de efecto invernadero y fracking

Un informe de la página web Carbon Brief estima que la reelección de Trump supondría un aumento significativo de las emisiones de gases de efecto invernadero en Estados Unidos, calculando que el país emitirá 4.000 millones de toneladas más de CO2 para 2030 en comparación con los planes de Joe Biden. Como segundo mayor emisor de gases contaminantes en el mundo, con un 11,13 % de las emisiones globales en las últimas tres décadas, la política climática de Trump tendría consecuencias para la lucha global contra el cambio climático.

Además, se ha mostrado favorable a la expansión del fracking, una técnica controversial para extraer gas y petróleo. Para su segundo mandato, ha nombrado como secretario de Energía a Chris Wright, un defensor del fracking y conocido por sus posturas negacionistas respecto al cambio climático. Esto generará una mayor explotación de combustibles fósiles, en especial en áreas federales como Alaska, lo que representa una reversión de los avances hacia una transición energética limpia.

La diferencia con Biden y los desafíos para el futuro

Aunque Joe Biden ha sido criticado por no haber tomado medidas más decisivas en algunas áreas, especialmente en lo que respecta al fracking, su administración ha logrado avances en la lucha contra el cambio climático, como la reducción de las emisiones de metano y la implementación de políticas que promueven energías renovables. Biden también logró aprobar la Ley de la Inflación, que incluye importantes inversiones en energías limpias, algo que el actual presidente promete revertir, aunque la resiliencia de estos avances podría verse asegurada por la influencia de los estados republicanos que se beneficiaron de estas políticas.

Así las cosas, el regreso de Trump a la presidencia significará un retroceso importante en la lucha contra el cambio climático, con una mayor dependencia de los combustibles fósiles, la salida del Acuerdo de París y un freno en los avances hacia una economía más sostenible. No obstante, las tendencias de los mercados y la creciente presión internacional podrían mitigar algunos de los impactos negativos de su enfoque.

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