Las decisiones de Turquía, la llave para cambiar el curso de la guerra en Ucrania

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11/06/2023 - 19:00
Turquía y la guerra de Ucrania

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Ya ha pasado más de un año desde que la guerra de Ucrania diese inicio tras la invasión rusa de varias zonas fronterizas. Un conflicto que lejos de suavizarse, empieza a escalar su beligerancia y a exigir más recursos tanto de un bando como del otro, llegando así a momento de importantes tensiones que acabarán resolviéndose con la decantación de un bando o de otro de países que aún intentan mantener una imagen de neutralidad como China o Turquía.

Una neutralidad que se hace especialmente difícil para un país como Turquía, que forma parte de la OTAN, el principal aliado de Ucrania en este conflicto, y a la vez comparte una estrecha afinidad con el gobierno de Putin. Esto ha ha posicionado al país en una compleja posición de mediador, en la que asume un importante riesgo y se convierte en pieza clave para que el conflicto bélico evolucione a una escalada aun mayor.

Turquía y su complejo papel en la guerra de Ucrania

Como ocurre casi siempre en las relaciones internacionales de los países, los estrechos lazos que unen a las naciones suelen hundir sus raíces en afinidades culturales, acuerdos económicos y sobre todo, rivales comunes. Estos dos últimos elementos han sido los principales pilares en la construcción de unos fuertes lazos entre Rusia y Turquía, y que ahora llevan a Ankara a enfrentarse a un difícil trabajo por el equilibrio de poderes en la guerra en Ucrania.

Así lo explicaba el profesor e investigador asociado del CIDOB, Eduard Soler en una entrevista para RTVE, en la que intentaba pincelar los matices de esta compleja situación. “Desde el principio de la guerra, Turquía ha sabido mantener un complejo juego de poderes", comentaba. "Se ha posicionado de manera muy astuta como mediador para mejorar su imagen a nivel nacional e internacional, a la vez que conseguía el argumento perfecto para no romper con Moscú con quién mantiene unos fuertes lazos económicos y energéticos”.

Para hacerlo, Turquía ha mostrado una postura dual y balanceada en la que ha expresado su condena a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, un camino que siguen todos los miembros de la OTAN, mientras que por otro lado no se ha pronunciado ni puesto en marcha ningún tipo de sanción económica hacia el Kremlin y su presidente, Recep Tayyip Erdogan, no ha tenido especiales reparos en demostrar la buena relación que mantiene con Vladimir Putin.

Capacidad mediadora, ¿un arma de doble filo?

Es precisamente esta dualidad la que ha permitido a Ankara trabajar como un mediador más efectivo que por ejemplo China. Una de sus victorias fue la de conseguir el acuerdo, junto a las Naciones Unidas, para que Rusia liberase los puertos estratégicos tomados, para que el ansiado grano ucraniano volviese al mercado internacional.

Sin embargo, esta posición es cuanto menos inestable al tener intereses con los bandos enfrentados y compromisos adquiridos con unos y con otros. La reciente reelección hace escasas semanas de Erdogan, que ostenta el poder desde hace 20 años, trae algo de tranquilidad en cuanto a mantener una postura continua, sin embargo, los ecos de la guerra con Siria, en la que Rusia es su mediador, y las tensiones generales, podrían llevar a Turquía a tomar decisiones que cambien el curso de la guerra.

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