El vehículo eléctrico contribuye de manera potencial contra la crisis climática

El vehículo eléctrico es el primer escalón para la industria de la automoción, que está llevando a cabo uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado: la transición ecológica para conseguir las cero emisiones.

Antes de que se pasen 20 años, la ONU ya ha avisado los fabricantes de automóviles para que dejen de producir motores de combustión.

Y es que el vehículo eléctrico se presenta como una gran opción para poder dejar buenos resultados para nuestra propia salud y la del planeta.

Vehículo eléctrico: la forma de desplazamiento ecoeficiente

El impacto que genera el vehículo eléctrico a nivel social, ambiental y económico va por el mismo camino pero presenta diferencias, aunque pocas pero muy positivas para todos los niveles.

Con respecto al impacto medioambiental, cabe destacar que un vehículo eléctrico consigue una reducción notable de las emisiones de CO2 durante su funcionamiento, pero en la totalidad.

Usando 1.000 coches eléctricos en una ciudad, se dejaría de emitir más de 30.000 kg de gases contaminantes, pero si se tiene en cuenta el ciclo de vida total, desde que se extraen los materiales hasta su reciclaje, la cosa se queda un poco coja:

• Los vehículos de combustión la gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y contaminantes del aire ocurren durante la etapa de funcionamiento.
• En el caso de los automóviles eléctricos, las emisiones se dan durante la etapa de generación de energía.

Pero no debemos asustarnos, porque según estima la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), las emisiones de un vehículo eléctrico son casi tres veces menores que las que generan los de combustión, aún teniendo en cuenta el impacto de las materias primas y fabricación.

Si nos fijamos en el impacto energético, sabemos que dependiendo de donde proceda la energía que se utilice, será más o menos ecológica, o directamente, contaminante.

Es por ello que las emisiones durante la generación de energía se determinarán por las distintitas alternativas tecnológicas que se utilicen.

Es por ello que en el cambio que se está dando de vehículo de combustión a eléctrico, es muy importante contar con una procedencia de energía que venga de las renovables y no de fuentes nada sostenibles.

El impacto social y económico

A la hora de adquirir un automóvil eléctrico, la sociedad tiende a mostrarse no muy a favor, por el coste que supone adquirir este tipo de vehículos.

Esta claro que el desembolso inicial es mucho mayor que si se adquiere uno de combustión, pero eso se debe al precio de las baterías, lo que tampoco quiere decir que la inversión total vaya a ser mayor que para los coches convencionales.

Y es que el coste del mantenimiento se ve reducido por la simplificación de la maquinaria que este tipo de coches sostenibles llevan consigo.

Asimismo, la compra de un vehículo eléctrico cuenta con subvenciones, ahorros en impuesto y peajes, por lo que adquirir uno, acaba saliendo rentable y sostenible