Vigorexia en hombres: la obsesión por desarrollar musculatura y sus características

EmailFacebookTwitterLinkedinPinterest
04/11/2023 - 12:00
Hombre muy musculado, con vigorexia

Lectura fácil

Aunque no existen datos oficiales sobre la prevalencia de la vigorexia en España, los expertos estiman que entre 20.000 y 50.000 personas en el país padecen este trastorno, lo que es motivo de preocupación en el ámbito de la salud.

La vigorexia es un trastorno del comportamiento relacionado con la imagen corporal y la percepción distorsionada de uno mismo. A menudo, las personas afectadas experimentan una obsesión constante por lograr una musculatura excesiva y una definición extrema, lo que las lleva a dedicar gran parte de su tiempo y energía al culto del cuerpo y al ejercicio físico intensivo.

El perfil del vigoréxico y sus orígenes psicológicos

Las personas afectadas por la vigorexia suelen ser en su mayoría hombres jóvenes, con edades comprendidas entre los 18 y 35 años. Muchas de ellas experimentan baja autoestima y pueden haber sido objeto de burlas o críticas sobre su apariencia física durante su infancia o adolescencia.

Esta presión social y la percepción de su propio cuerpo como inadecuado los impulsan a buscar constantemente una mayor musculatura para sentirse aceptados y satisfechos consigo mismos. La sociedad a menudo promueve estándares de belleza poco realistas a través de los medios de comunicación y las redes sociales, lo que agrava el problema y contribuye al desarrollo de trastornos como la vigorexia.

Consecuencias físicas y psicológicas de la vigorexia

La obsesión por desarrollar una musculatura extrema lleva a las personas con vigorexia a pasar horas interminables en el gimnasio, incluso sacrificando sus relaciones personales, responsabilidades laborales y sociales.

Este comportamiento extremo puede tener graves consecuencias físicas, como el encogimiento de los testículos y la infertilidad en hombres, así como problemas hormonales y riesgos de cáncer de próstata.

En el caso de las mujeres, la vigorexia puede provocar la disminución del tamaño de las mamas, el aumento del tamaño del clítoris y la redistribución de la grasa corporal, lo que puede llevar a una pérdida de cabello y otros cambios significativos en la apariencia.

Abordar la vigorexia: educación y conciencia

Para abordar el problema de la vigorexia en España y en todo el mundo, es esencial educar a las personas sobre la diversidad corporal, fomentar la autoaceptación y contrarrestar la influencia negativa de los estándares de belleza poco realistas.

Esto implica una labor conjunta de la sociedad, los medios de comunicación, las escuelas y las instituciones de salud para promover una imagen corporal saludable y una relación positiva con el cuerpo.

Además, es crucial que las personas con vigorexia busquen ayuda profesional, ya que este trastorno no solo afecta la salud física, sino también la calidad de vida y las relaciones personales.

La vigorexia como un desafío de salud pública

La vigorexia representa un desafío creciente en el ámbito de la salud pública en España y en todo el mundo. A medida que aumenta la presión para cumplir con los estándares de belleza poco realistas, es fundamental abordar este trastorno de manera efectiva.

La concienciación y la educación son herramientas clave para promover una imagen corporal positiva y combatir la vigorexia. Además, es importante que las personas que luchan contra este trastorno busquen apoyo y tratamiento profesional para mitigar sus efectos dañinos en la salud y el bienestar.

Añadir nuevo comentario