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Las cinco principales organizaciones ecologistas de España (Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF) reclaman que la gestión y el tratamiento para conseguir agua reutilizada y que se ha planteado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico garantice las funciones ecológicas en ríos y humedales.
El Consejo Nacional del Agua ya celebró su primera sesión plenaria del año, presidido por Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Durante la reunión se presentó un proyecto de real decreto sobre el futuro el Reglamento de reutilización de las aguas y toda su gestión al respecto.
El agua reutilizada no puede producir daños en los ecosistemas
Esa norma se encargará de regular el uso del agua reutilizada que procede de las depuradoras, y es por esta razón por la que las organizaciones ecologistas se mostraron en contra al suponer “un nuevo enfoque de oferta de agua que podría reducir los caudales circulantes por los ríos”, según apuntaron las distintas ongs al respecto de la reforma.
No obstante, todas las ONGs que se oponen, también indicaron que podría duplicar el volumen de agua reutilizada, de 400 a 800 hectómetros cúbicos al año.
Además, la iniciativa legislativa permite poner un precio al agua reutilizada o reciclada, lo que supondrá un posible ingreso adicional para los municipios concesionarios del agua doméstica y favorecería la “mercantilización” del recurso.
Las organizaciones consideran que las aguas procedentes de las depuradoras son recursos que cumplen funciones importantes en el dominio público hidráulico, donde son necesarios la recarga de los acuíferos, la contención frente a su salinización en zonas litorales o el mantenimiento del caudal ecológico de los ríos.
Es por ello que si el agua reutilizada acaba generando un impacto negativo podría ocasionarse un problema bastante serio que, por efecto rebote, acabaría por 'salpicarnos' a nosotros directamente.
De esta forma se insta a seguir con el agua reutilizada, pero teniendo en cuenta sus correctos procesos, adecuándolos a la situación, el entorno y reducir al máximo toda la huella ambiental negativa que pueda surgir.
Plantean este proceso como algo sustitutorio y no adicional para realizar extracciones de mejor calidad del recurso
En las zonas litorales, se podría llegar a la ausencia de caudales en marismas y estuarios fluviales, ecosistemas vitales para la fauna y flora acuática, y zonas claves para la pesca.
“Para asegurar que no se genera un efecto negativo sobre los ecosistemas, el uso del agua reutilizada solo puede sustituir, y no ser adicional, a las extracciones actuales de mejor calidad, liberando recursos hídricos en la cuenca para las funciones ecológicas y evitando el efecto rebote del aumento de consumo de agua en las cuencas”, indicaron.
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