El nivel de contagios de los profesionales sanitarios sigue siendo muy elevado, el personal que continúa trabajando al máximo está experimentando mayor angustia psicológica por unas cargas de trabajo que no disminuyen.
Cuando estamos más nerviosos de lo habitual nos sentimos tentados de abrir la nevera para comer lo primero que encontremos. Esto es una mala práctica contra la ansiedad.