Los elementos estéticos, ¿una banalidad o un apoyo real para nuestra autoestima?

Mucho se habla sobre autoestima y esto se debe principalmente a que es algo que nos afecta en nuestro día a día y que incluso puede llegar a marcar nuestra vida. Por este motivo, es un tema que siempre se recomienda tratar, sobre todo si tenemos conflictos con ella por tenerla baja o machacada por situaciones que nos han tocado vivir. Una situación así suele estar relacionada con aspectos físicos, nos guste o no, como tener una discapacidad o no encajar con los cánones de belleza.

Por este motivo, desde muchos sectores se está buscando cambiar estas dinámicas. En los colegios concienciando contra el bullying, en la industria de la moda o la belleza buscando que estos jueguen un papel positivo en la inclusión de la diversidad y desde la sociedad en general, concienciando en el trabajo de la autoestima con la ayuda de un profesional, en el caso de ser necesario, y promoviendo la diversidad de cuerpos y bellezas, siendo todas ellas válidas.

¿Autoestima o banalidad?

Como cada vez somos más conscientes de que la autoestima es más que necesaria para un adecuado desarrollo personal, también han empezado a surgir intensos debates sobre los aspectos estéticos que inevitablemente van unidos con ella. Tanto las operaciones estéticas como el uso de ropa, joyas o todo tipo de elementos que promuevan ciertas estéticas, se han visto criticados desde algunos sectores que fomentan más el "aceptarse tal cual se es".

Sin embargo, aceptarse a uno mismo no significa implícitamente que no estemos en el derecho de mejoras y cambiar todo aquello que nos genere malestar en nosotros. Trabajar en nuestra autoestima pasa por aprender a estar a gusto con nosotros mismos, ponernos esos pendientes que nos gustan, esa camiseta tan colorida que parece estar prohibida para algunos tipos de cuerpos o lucir nuestro bastón si tenemos discapacidad visual o nuestros audífonos si por el contrario es auditiva.

Todo aquello que nos ayude a sentirnos mejor con nosotros mismo, ya sea la meditación, el trabajo terapéutico o, porque no, unas botas, no son meras banalidades si el objetivo es claro: el amor y el cuidado de uno mismo. Sin embargo, el debate antes mencionado no es necesariamente infundado, ya que en muchas ocasiones la autoexigencia puede confundirse con la autoestima e intentar llegar a cumplir con ciertos estándares puede hacernos más daño que bien.

En busca del equilibrio

Por este motivo, lo más importante a la hora de trabajar en nuestro bienestar personal, es encontrar el punto medio en el que sintamos una mejoría constructiva y aquella que se empieza a tornar en más destructiva que otra cosa.

Los mejores consejos para trabajar en una autoestima de forma equilibrada siempre nos la dará un profesional, pero en lo que pueden ser algunos tips más sencillos, procura hablarte siempre con amabilidad, no olvides que puedes expresarte tal cual eres y construye el interiorizar que tu vida tiene tanto valor, como la de los demás.