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El actual episodio de calor excepcionalmente para la época del año en amplias zonas de España, con valores más propios de finales de junio o comienzos de julio que de la recta final de abril, puede tener “graves consecuencias” para aves silvestres, como las golondrinas y aviones, según apuntó SEO/BirdLife.
Esta organización señaló que el calor extremo y la falta de lluvias en pleno inicio de la temporada de cría de las aves puede tener consecuencias en el éxito reproductor de las poblaciones de distintas especies que utilizan el barro para construir sus nidos, como los aviones o las golondrinas.
Un calor extremo causa que las aves no se reproduzcan con normalidad
“Cada nido de golondrina o avión está realizado a base de pequeños bocaditos de barro transportados en el pico de los afanados padres. Estas aves toman un pedacito de barro, lo ‘mastican’ bien para homogeneizarlo y expulsar las bolsas de aire que pueda contener y lo depositan cuidadosamente en el nido en construcción”, explicó Luis Martínez, técnico de SEO/BirdLife.
La cantidad de barro que pueden transportar en su pico es muy limitada y un nido completo de avión común puede requerir más de 2.500 bocados de barro. Es decir, una pareja puede realizar más de 5.000 viajes entre el lugar en el que consiguen el barro y el lugar de construcción del nido durante las dos semanas dedicadas a concluir la obra.
SEO/BirdLife advirtió de que, en un escenario en el cada año se destruyen (legal e ilegalmente) cientos de nidos de estas especies, la falta de barro para rehacer los nidos agrava la situación al dificultar su ciclo reproductivo.
Además, el calor puede hacer saltar prematuramente de sus nidos a las crías que ya han nacido y genera un sobreesfuerzo para los adultos, que, si el nido está expuesto al sol, intentarán proteger a sus polluelos creando una sombrilla con su propio cuerpo y alas.
Asimismo, la falta de lluvia tiene efectos sobre la vegetación, que ve limitado su crecimiento y floración para sobrevivir en condiciones de estrés hídrico y, ofrece menos recursos a las aves.
Como sucede con las personas, el calor somete a las aves a un estrés fisiológico. Para afrontarlo, necesitan fuentes de agua donde beber para rehidratar su organismo y en las que poder darse baños refrescantes.
El gesto más sencillo para ayudar a las aves a hacer frente al calor es facilitar agua en ventanas, terrazas o jardines, en un recipiente adecuado y accesible para ellas, como un simple plato de maceta.
Las administraciones públicas tienen que crear espacios urbanos pensando en la biodiversidad
Para paliar la escasez de barro para que los aviones y las golondrinas construyan sus nidos, se pueden habilitar enclaves con barrizales adecuados donde puedan recoger el barro que necesitan para formar la estructura del nido, intentando que sea lo más cerca posible a las zonas de nidificación para evitar una pérdida excesiva de energía en los trayectos para el transporte del material.
“En general, si las administraciones públicas tuvieran en cuenta la biodiversidad en el diseño y en la gestión del espacio urbano, este sería mucho más amigable para la fauna y también para las personas. Por sus características y a escasez de barreras naturales para amortiguarlos, las ciudades son especialmente vulnerables a los efectos de la emergencia climática, como las olas de calor”, recalcó Beatriz Sánchez, del programa de Biodiversidad Urbana de SEO/BirdLife.
Por otra parte, numerosas investigaciones demuestran que vivir cerca de espacios verdes y tener fácil acceso a ellos puede mejorar la salud física y mental de las personas. Asimismo, la riqueza de especies de aves se relaciones positivamente con la satisfacción de vida de los europeos, según una investigación reciente, y las aves son un indicador de la salud de los ecosistemas y de las personas.
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