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Aunque vayamos despistados por la vida, nuestro cerebro realiza funciones de las que muchas veces ni si quiera somos conscientes, pero que son extraordinarias. Este es el caso del reconocimiento facial, un proceso que implica varias áreas del cerebro y que nos ha servido como herramienta tanto de forma consciente como en nuestro subconsciente. Desde la ciencia, nuestro cerebro siempre ha suscitado una gran fascinación, pero esta función concreta aún más. Años de investigaciones han querido llegar hasta el fondo de esta gran habilidad.
Descifrando el reconocimiento facial
Una de las primeras cuestiones que resolvieron desde la ciencia, era saber que el reconocimiento facial es una de las funciones más complejas de nuestro cerebro, y que somos los únicos seres vivos capaces de hacerlo. Y es que esta super cualidad, se va generando en nosotros desde el momento en el que nacemos. "Los recién nacidos aprenden a reconocer la cara de su madre el primer día de su vida", explica Daphne Maurer, psicóloga de la Universidad McMaster de Ontario, en el documental 'En tu cara' emitido en RTVE.
A esta idea se le suma el neurocientífico Kan Lee, de la Universidad de Toronto, quién explica que "Apenas abrimos los ojos, buscamos rostros y luego empezamos a memorizarlos". Desde este primer momento, nuestra mente empieza a desarrollar y potenciar nuestra habilidad del reconocimiento facial. Otras investigaciones que se centran más en encontrar los puntos del cerebro que se 'encienden' cuando lo hacemos han tenido interesantes resultados.
"Al reconocer una cara, hacemos miles de millones de cálculos en paralelo, aunque no seamos conscientes de ello", comenta Rodrigo Quian Quiroga, director del Centro de Neurociencia de Sistemas de la Universidad británica de Leicester. Sus estudios se centran en averiguar qué zonas del cerebro utilizamos para el reconocimiento facial y que neuronas están implicadas. "A menudo, no valoramos nuestra capacidad para identificar rostros, es un superpoder que damos por sentado. Lo hacemos inconscientemente, como respirar", subraya Lee.
Un superpoder que no es para todos
El reconocimiento facial es algo que empezamos a desarrollar desde bebés, pero no todo el mundo puede llegar a hacerlo. Existe una patología conocida como prosopagnosia, que hace que nuestro cerebro sea incapaz de distinguir un rostro de otro. Este es el caso se Karla Holmes, una persona que convive con este tipo de 'ceguera facial'. "Nunca estoy segura de creer estar viendo a quien estoy viendo", declaró en el mismo documental mencionado.
Esta patología puede general verdaderas complicaciones en la vida cotidiana de una persona, en el caso de Holmes por ejemplo, le dificulta llegar a reconocer a su propia hija. Justo en el lado opuesto están los denominados 'superreconocedores'. personas que son capaces de realizar el reconocimiento facial en segundos, con la capacidad añadida de retener información de cientos de caras, siendo capaces de identificar a todas las que han llegado a ver a lo largo de su vida, sin duda un auténtico superpoder.
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