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Beatriz L. D ha sido condenada a 20 años de prisión por asesinato de una paciente a su cargo, mientras ejercía como auxiliar clínica en el Hospital Universitario Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares.
Este es el veredicto que ha dado sobre la sentencia, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Madrid. El jurado popular ha considerado culpable a la ex enfermera, por asesinar a una paciente introduciendo gas a través del sistema circulatorio de la fallecida.
En la sentencia consta que la condenada, aprovechó que la víctima, una persona de 86 años, se encontraba indefensa y que padecía un avanzado estado de ceguera, para cometer el crimen.
Por otra parte, en virtud del veredicto de no culpabilidad promulgado por el jurado popular, el magistrado ha sentenciado absolver a la condenada del asesinato en grado de tentativa sobre otra paciente, y del asesinato llevado a cabo a una tercera mujer.
Libertad vigilada y veto a ejercer como auxiliar
A los 20 años de prisión para la condenada, se le suman, por un lado, la medida de libertad vigilada que consiste en la prohibición de desempeñar actividades como la auxiliar de clínica en cualquier hospital o centro médico en un período de 10 años.
Y por otro lado, la condenada tendrá que indemnizar a los hijos de la fallecida con una multa de más de 40.000 euros.
Un asesinato probado, dos que se han quedado sin demostrar
Beatriz L. D ha podido ser condenada por la evidencia del material probatorio que se ha utilizado en su contra, para demostrar su modus operandi.
La condenada, que en ese momento ejercía como auxiliar de enfermería, introdujo gas en el organismo de la víctima indefensa, en una cantidad tal que ha resultado ser totalmente incompatible con una entra "accidental". Esto evidencia el claro concurso de la circunstancia de alevosía, que se halla descrita en el artículo 22.1 del Código Penal.
Esta actuación ha sido probada, pero con respecto a los otros dos casos de ataque y asesinato a otras dos mujeres también de avanzada edad a las que estaba "cuidando", han sido absueltos, ya que el jurado popular consideró a la condenada no culpable por falta de evidencias definitivas.
La ex auxiliar de enfermería defendió su inocencia durante el juicio, declarando que "tiene la conciencia tranquila". La condenada, que se ha ganado el apodo de "ángel de la muerte", dice no haber matado a nadie, y llevar años trabajando en sanidad porque le gusta dar vida y no quitarla.
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