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Desde la Generalitat Valenciana quieren utilizar la paja de arroz que surge del cultivo de este cereal en la Albufera de Valencia para crear envases biodegradables y sostenibles.
De esta forma quieren darle un valor al residuo agrícola, evitando las emisiones que se genera cuando se queman los despojos cada otoño.
El proyecto fue bautizado como BIOPLA, y está coordinado por la Sociedad de Agricultores de la Vega (SAV), en colaboración con las empresas Prime Biopolymers, Viromii y el Instituto Tecnológico del Plástico, Aimplas, con financiación europea.
Los envases de paja de arroz son una solución innovadora y sostenible
Y es que la quema de la paja de arroz tiene consecuencias negativas para personas que presentan problemas respiratorios y eleva niveles de contaminación atmosférica en aquellas comarcas colindantes con el lago de la Albufera.
Esto se hace para evitar la acumulación de estos despojos durante la época de lluvias, cosa que repercute a su vez de forma negativa en la calidad de agua del humedal y provoca mortandad de un elevado número de peces.
Y aunque se habían buscado otros medios para eliminar y retirar estos restos agrícolas, su elevado coste se había siempre interpuesto dificultando el obtener una solución.
Ante esta problemática, surgió BIOPLA, que girando en torno a la economía circular con la creación de estos envases, se dota la paja del arroz con un valor económico que compensa el coste de recuperación.
Así se tuvo la idea de usarlo como materia prima para producir envases de bioplásticos respetuosos con el medio ambiente que los que se generan con los recursos fósiles.
De esta forma se obtiene el PLA, que tiene una representación del 40 % en los polímeros biodegradables, posicionándose como el más utilizado por el mercado y creciendo su demanda cada año. Y es que nos encontramos con una alternativa sostenible a los plásticos que se emplean para crear envases convencionales por la facilidad de descomposición y el menor impacto ambiental que presenta.
Hace un año que comenzaron los ensayos en laboratorio y todo lo necesario para llegar hasta donde se pretende con la creación de envases sostenibles, así, con los resultados obtenidos, SAV escalará el proceso a volúmenes propios de una planta piloto para continuar con la optimización del este proceso biológico.
Además de coordinar el proyecto, SAV es el socio encargado del suministro y almacenamiento de la paja, así como del proceso de transformación semi-industrial, aunque en la ejecución de BIOPLA coopera con otras tres entidades especializadas.
Así, Aimplas aporta su conocimiento técnico sobre los procesos y condiciones de fermentación para la producción de bioplásticos, Prime Biopolymers lidera la fase polimeración del ácido láctico y contribuye con el estudio del proceso de transformación a escala industrial, mientras Viromii desarrolla el análisis de la gestión de los restos agrícolas en el mercado del PLA.
Desarrollo de bienes de consumo más sostenibles
Todo este proyecto va enmarcado dentro de la economía circular impulsada por AVI, apostando por el desarrollo de bienes de consumo más sostenibles, así como lanzar innovaciones que valoricen los residuos, de acuerdo a políticas que promueve la Comisión Europea.
Asimismo el proyecto de los envases BIOPLA queda dentro de los ejes principales de la Estrategia Especialización Inteligente de la Comunitat Valenciana, S3, que coordina la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo.
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