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El cáncer en el cuero cabelludo es un tipo de melanoma que suele desarrollarse debido a la falta de protección solar en esta área, que a menudo pasa desapercibida por estar cubierta por el cabello. Aunque se habla más de cuidados para la piel, el cuero de esta zona también necesita protección, ya que la exposición excesiva al sol aumenta el riesgo de tumores malignos.
La importancia de protegerse contra la exposición solar y el cáncer de cuero cabelludo
La protección contra la exposición solar se ha vuelto crucial debido al aumento de casos de cáncer de piel, con más de 20.000 diagnósticos en España el año pasado. Sin embargo, no solo debemos proteger la piel, sino también el cuero cabelludo, ya que en esta zona puede desarrollarse un melanoma, un tipo de cáncer de piel maligno que suele pasar desapercibido por la presencia del cabello. Este tipo de cáncer puede avanzar rápidamente debido a la abundancia de vasos sanguíneos en el área.
Es esencial revisar el cuero cabelludo de manera regular, como lo hacemos con la piel, para detectar cualquier cambio, especialmente en el caso de personas con poco cabello o calvas. El riesgo aumenta en personas de piel clara y con antecedentes familiares de melanoma.
Además, investigaciones sugieren que las quemaduras solares durante la infancia pueden aumentar la probabilidad de desarrollar este tipo de cáncer.
¿Qué precauciones debemos tener en cuenta?
Para evitar que esta zona se queme bajo el sol, es importante tomar algunas precauciones. En lugar de usar crema corporal, lo mejor es optar por protectores solares específicos para el cabello, ya que las cremas pueden dejar residuos no deseados. Además, aceites corporales no son recomendables, ya que pueden engrasar la zona y provocar incomodidad.
El Instituto Médico Dermatológico (IMD) sugiere el uso de protectores capilares que no dejen residuos y protejan tanto el cabello como el cuero cabelludo. También se recomienda llevar el pelo recogido en la playa o en actividades al aire libre, ya sea en un moño o una coleta, para minimizar la exposición al sol, al cloro o a la arena, que puede irritar la piel. Además, sombreros, gorras o pañuelos son excelentes opciones para proteger la zona.
Es común que en verano experimentemos algo de caída de cabello, pero con estos cuidados podemos reducir el riesgo de quemaduras o daños solares en esta zona tan sensible.
Autoexamen para detectar cambios y anomalías
El hecho de realizar un examen regular es clave para detectar cualquier cambio o anomalía. Para hacerlo, es recomendable hacerlo en un lugar bien iluminado, utilizando un espejo de mano. Comienza separando el cabello con un peine o con las manos, creando una raya para que puedas ver el cuero cabelludo con claridad.
Durante el autoexamen, debes estar atenta a cualquier señal sospechosa, como manchas rojas, áreas descamadas, lunares pigmentados, manchas rosadas o lunares elevados, ya que estas pueden ser indicios de problemas como el cáncer. Continúa separando el cabello en secciones hasta que hayas revisado toda la cabeza.
Si te resulta difícil hacerlo por ti misma, puedes pedirle ayuda a un amigo o familiar. También puedes consultar a tu peluquero, quien puede detectar cualquier cambio en el cuero cabelludo y señalarlo de inmediato.
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