Un análisis sobre las defensas que nos ofrecen los yogures y sus beneficios

Desde hace años, algunos yogures bebibles se anuncian con el lema "ayuda a tus defensas", sugiriendo que pueden protegernos de enfermedades como catarros o gripes y combatir el estrés. Sin embargo, esta afirmación no siempre refleja la realidad de sus beneficios.

Los yogures y su paso por el tiempo

Hace varios años, algunos yogures bebibles se han promocionado con la afirmación "ayuda a tus defensas", sugiriendo que pueden protegernos de problemas como resfriados o estrés. Sin embargo, estas afirmaciones no siempre reflejan la realidad.

En 1995, un nuevo yogur bebible prometió revolucionar el mercado. Aunque se presentaba como un producto funcional con beneficios especiales y defensas, en realidad, no cumplía con las características tradicionales de un yogur, ya que no contenía las bacterias requeridas para tal denominación. Este producto se promovía con la idea de que su ingrediente, el Lactobacillus casei inmunitass, reforzaba el sistema inmunitario y podía prevenir enfermedades comunes como resfriados.

Con el tiempo, la campaña publicitaria del producto experimentó cambios. El nombre del fermento se simplificó a Lactobacillus casei, y las afirmaciones científicas iniciales fueron atenuándose. La frase "probado científicamente" se transformó en "demostrado por numerosos estudios", y eventualmente, se dejó de mencionar la relación entre la bacteria y el fortalecimiento del sistema inmunitario.

Para que una empresa pueda hacer afirmaciones de salud en su publicidad, debe contar con pruebas científicas sólidas. En este caso, no se lograron obtener evidencias suficientes para respaldar la afirmación de que la bacteria Lactobacillus casei refuerza el sistema inmunitario. Por lo tanto, la empresa tuvo que retirar tales declaraciones de salud

Las etiquetas pueden llevar a malentendidos

Hoy en día, muchos productos lácteos fermentados y similares continúan utilizando la frase “ayuda a tus defensas” en su publicidad y envases. Aunque esta afirmación sugiere beneficios para el sistema inmunitario, la conexión con la famosa bacteria L. casei, que antes se promocionaba como clave para esos beneficios, ya no se menciona. Las empresas han cambiado su enfoque y no asocian directamente la protección de las defensas con esta bacteria.

La estrategia que utilizan las marcas para mantener esta afirmación dentro de los límites legales es añadir ciertas vitaminas a sus productos. Por ejemplo, es bien sabido que las vitaminas B6 y D tienen un papel en el funcionamiento del sistema inmunitario. Al incluir estas vitaminas en sus productos, las empresas pueden continuar haciendo afirmaciones de salud sin infringir las regulaciones.

Esta técnica no se limita a los productos lácteos. También se aplica a otros alimentos, como agua mineral o galletas, que incorporan vitaminas D y B6 para poder etiquetarse como productos que "ayudan a tus defensas" o "contribuyen al funcionamiento del sistema inmunitario".

¿Qué significado hay detrás de las conocidas como defensas?

Sin embargo, la presencia de estas vitaminas en los productos no implica necesariamente que vayan a curar enfermedades o protegernos de infecciones. Las vitaminas son esenciales para el sistema inmunitario, pero su presencia en un producto no garantiza que éste sea una solución mágica para los resfriados o la gripe.

Es importante tener en cuenta que tanto la deficiencia como el exceso de vitaminas pueden afectar negativamente al organismo. La ingesta de vitaminas debería estar equilibrada y, en general, es mejor obtener estos nutrientes de una dieta variada que incluya alimentos naturales como huevos, leche o pescado. Estos alimentos suelen ser más económicos y nutritivos que los productos fortificados con vitaminas.

Disfrutar de estos productos no tiene por qué ser un problema si lo haces con moderación y sin dejarte llevar por las promesas publicitarias. Es recomendable optar por opciones que no contengan azúcares añadidos ni edulcorantes innecesarios.