![Demencia / Pixabay Manos de dos personas mayores con demencia](/sites/default/files/styles/noticia_detalle_noticia_2_1/public/noticias/demencia.jpg?itok=jGb2loQI)
Lectura fácil
Detectar la demencia en sus primeras etapas es fundamental para poder frenar el avance de los síntomas y mejorar la calidad de vida de la persona afectada. Aunque el lapsus de memoria es uno de los primeros síntomas reconocidos de enfermedades como el Alzheimer, hay otros indicadores menos evidentes que, si se detectan a tiempo, pueden ser claves para un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado.
Cambios en la personalidad: ¿un indicio temprano?
Uno de los primeros signos de demencia que pasa desapercibido es el cambio en la personalidad. Un estudio de la Universidad Estatal de Florida reveló que las personas con demencia experimentan una reducción de la extroversión, amabilidad y responsabilidad antes de que se presenten alteraciones en la memoria. Estos cambios se manifiestan en un comportamiento más introvertido, la disminución de las interacciones sociales y la disminución de las responsabilidades cotidianas.
A menudo, este es uno de los primeros síntomas que las familias pueden notar, ya que resulta más evidente que el deterioro cognitivo o la pérdida de memoria. La falta de interés por actividades previas, la tendencia al aislamiento y la irritabilidad son señales de alerta que no deben ignorarse.
Dificultad para conducir y pérdida del olfato
La capacidad para conducir puede verse afectada incluso antes de que otros síntomas de demencia se manifiesten. Conducir requiere de una coordinación de habilidades cognitivas como la memoria, la concentración y la toma de decisiones, y cualquier deterioro en estas funciones puede generar inseguridad al volante. Si bien problemas físicos como la visión o la fatiga pueden influir, un cambio significativo en la forma de conducir debe ser motivo de preocupación.
La pérdida del sentido del olfato también está vinculada a enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, la enfermedad de Parkinson y la demencia con cuerpos de Lewy. El deterioro del sistema olfativo, que puede preceder otros síntomas durante años, es una manifestación temprana de estas condiciones. En el caso del Alzheimer, las personas pueden detectar olores pero confundirse al identificarlos, mientras que en otras enfermedades neurodegenerativas, los olores pueden desaparecer por completo.
Alteraciones en el sueño y problemas financieros
Los trastornos del sueño son frecuentes en la vejez, pero los cambios drásticos, como despertarse constantemente a horas inusuales, no poder mantenerse despierto durante el día o experimentar pesadillas y movimientos durante el sueño, pueden ser indicativos de demencia. En particular, en enfermedades como el Alzheimer, las regiones cerebrales responsables del sueño se ven afectadas, alterando los patrones de descanso mucho antes de que se manifiesten los problemas cognitivos más evidentes. En el caso de la demencia con cuerpos de Lewy y el Parkinson, los trastornos del sueño REM, que provocan movimientos o gritos involuntarios, son comunes.
Por otro lado, los problemas financieros, aunque comunes en la vida cotidiana, pueden ser una señal temprana de demencia si ocurren junto con otros cambios cognitivos o de comportamiento. Olvidarse de pagar facturas, realizar compras impulsivas o confiar en personas de dudosa reputación pueden reflejar alteraciones en el juicio y la función cerebral. Esto es especialmente relevante en casos de demencia frontotemporal, en la que el deterioro del juicio es uno de los primeros síntomas.
Detectar estos síntomas a tiempo es clave para buscar atención médica y llevar a cabo una intervención temprana. Si notas cambios en alguno de estos aspectos en ti o en un ser querido, es importante consultar a un profesional para obtener un diagnóstico adecuado.
Añadir nuevo comentario