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Mariam Coulibaly, nacida en Bamako, Mali, en 1997, ha tenido un camino lleno de desafíos. Actualmente juega en el Joventut, después de haber pasado por equipos como Gran Canaria, Sant Adrià y Euskotren. Tras un año de parón para intentar ser madre, Mariam vivió la tragedia de perder a su bebé, lo que la obligó a alejarse del baloncesto.
El deporte femenino en África
Mariam Coulibaly, originaria de Bamako, Mali, nacida en 1997, ha recorrido un camino de superación y resiliencia. Actualmente forma parte del Joventut, luego de haber jugado en equipos como Gran Canaria, Sant Adrià y Euskotren. Después de un año de descanso para cumplir su sueño de ser madre, enfrentó la devastadora pérdida de su bebé, lo que la llevó a hacer una pausa en su carrera deportiva.
Mariam reconoce que, en África, el deporte femenino ha sido históricamente un reto. “Hace algunos años, era difícil para las mujeres practicar deporte. Ahora ha mejorado bastante”, dice. Aunque aún existen obstáculos, los avances son innegables y cada vez hay más oportunidades para las mujeres en el deporte.
Desde pequeña, Mariam creció en un entorno familiar donde el deporte era una parte esencial de la vida. Su hermano y hermana jugaban al baloncesto, lo que hizo que su camino hacia este deporte fuera más natural. Esta base familiar le permitió soñar en grande, sabiendo que, con su altura y determinación, podía alcanzar niveles altos en el baloncesto.
El salto a España y la experiencia en Francia
A los 17 años, Mariam decidió mudarse a Gran Canaria para continuar con su carrera. Este cambio fue significativo y, aunque al principio fue un reto adaptarse, pronto se sintió parte del equipo.
Tras un año en España, jugó en Francia, pero la experiencia no fue positiva. “El clima, la gente y la liga eran diferentes, no me gustó”, señala. Regresó a España, donde sentía que podría continuar su desarrollo como jugadora.
Tras una temporada en la que intentó ser madre, Mariam vivió una tragedia personal al perder a su hijo durante el embarazo. La pívot decidió apartarse del baloncesto para superar este doloroso proceso. “Es muy difícil cuando dejas tu trabajo para ser madre y no sale como esperas”, admite. En ese momento, el apoyo de su familia fue esencial para su recuperación. “Siempre estuvieron a mi lado”, asegura, lo que le dio la fortaleza para retomar su carrera.
El regreso al baloncesto: esfuerzo y sacrificio
Después de varios meses de descanso en el deporte, Mariam comenzó a trabajar para recuperar su forma física. “Cogí mucho peso durante ese tiempo, pero sabía que, si trabajaba duro, podría volver a mi nivel”, comenta. A través de un entrenamiento constante con su hermano en Valencia, la pívot logró ponerse en forma. Cuando la llamada del Joventut llegó, no lo dudó. Miky, su antiguo entrenador en Sant Adrià, la invitó a unirse al equipo de Badalona.
En Badalona, Mariam se ha sorprendido por la profesionalidad del club. “Nunca había vivido una experiencia tan profesional”, destaca. El equipo, que acaba de ascender a la máxima categoría, tiene un gran potencial, según la jugadora. Además, se siente feliz de ser una referencia para sus compañeras. “Me gusta que el equipo esté unido. A veces cocino y las invito a comer juntas”, cuenta con una sonrisa.
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