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Asunción, 18 jun (EFE).- El pensamiento de Confucio, el célebre pensador chino del siglo V antes de Cristo, planeó hoy sobre la cumbre de Mercosur, celebrada en Asunción, desengañada por la marcha del anhelado tratado de libre comercio con la Unión Europea (UE).
Ante el cruce de reproches y advertencias de Uruguay, que hoy asumió la presidencia temporal del bloque para el próximo semestre, y la Comisión Europea (órgano ejecutivo de la UE), los asistentes a la reunión de jefes de Estado actuaron como si conocieran la voluntad del cielo y pudieran hacer lo que les plazca sin trasgredirla, acorde con el principio básico del confucianismo.
Convencidos algunos de ellos de que la voluntad del cielo es mirar a China porque la UE está defraudando por demorar el proceso para llegar a un acuerdo sobre el tratado, hicieron gala de su recelo hacia el dueño del espejo en el que tantas veces se ha mirado el bloque suramericano, por considerarlo ejemplo de integración económica, social y política que dista mucho de lo logrado hasta ahora por Mercosur.
El asunto del acuerdo con la UE no es nuevo, puesto que las primeras gestiones se iniciaron hace casi 20 años, en 1999, cuando comenzaron las negociaciones para un amplio compromiso de asociación que incluyera un tratado comercial.
A pesar del empuje inicial, las conversaciones estuvieron bloqueadas entre 2004 y 2010 y en mayo de 2016 se retomaron con vigor y demasiada dosis de entusiasmo, debido al empuje del Mercosur propiciado por los cambios políticos en Argentina y Brasil.
Pese a ello, el presidente de Brasil, Michel Temer, instó hoy a no cerrar la puerta a las conversaciones, pese a la demora en las mismas, porque ello supondría "impedir un avance".
La prudencia de algunos dirigentes, como la vicepresidenta argentina, Gabriela Michett¡, y el pragmatismo del vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, chocaron con la dureza del nuevo presidente temporal de Mercosur, Tabaré Vázquez, que no se andó por las ramas y advirtió a la UE que el bloque suramericano no se conformará con un "acuerdito",
García Linera, el gran ideólogo del Estado Plurinacional de Bolivia, animó a Mercosur a hacer lo mismo que otros bloques comerciales, de tal forma que cuando les conviene son proteccionistas y cuando no son librecambistas.
El análisis de la realidad del alto funcionario boliviano, que representaba en la reunión al presidente Evo Morales por encontrase este en China cumpliendo la voluntad del cielo predicada por Confucio, es que nos encontramos en un escenario económico internacional en el que las tradicionales potencias abanderadas del libre comercio imponían aranceles (en alusión a EE.UU.), mientras que países de tradición comunista y defensores de la economía centralizada, como China, apostaban por economías más abiertas.
Pero no solo del anhelado tratado con la UE vive Mercosur, aunque en estos momentos sea su tema "estrella", sino también de otros problemas y objetivos que se pusieron hoy sobre la mesa en Asunción, especialmente el deterioro de Venezuela y su drama humanitario, así como la situación en Nicaragua, ajena al bloque pero presente entre todos sus miembros.
También preocupa al Mercosur el avance del crimen trasnacional en los Estados miembros y la reglamentación el comercio electrónico, para lo cual Uruguay tiene como meta implantar durante su mandato la agenda digital del bloque, hasta hoy presido por el mandatario paraguayo, Horacio Cartes, que en breve también dejará la presidencia de un país cuya capital casi tiene un nombre más profundo que el pensamiento de Confucio: La Muy Noble y Leal Ciudad de Nuestra Señora Santa María de la Asunción.
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