La importancia del empoderamiento de las personas con discapacidad, para una lucha efectiva autónoma por sus derechos

Durante estos últimos años, se ha ido haciendo popular de forma progresiva, una palabra que abandera muchas luchas: empoderamiento. Ésta se encuentra definida como la acción de dar poder y autonomía a una persona o colectivo que haya vivido en una situación desfavorecida hasta el momento. Teniendo esto en mente, se nos puede llegar a ocurrir unos cuantos colectivos que han luchado por conseguir hacer realidad esta acción.

Como es el caso de las personas con diversidad funcional, a las que se tenía opacadas en el plano social, y por tanto político, de las que poco se tomaba en cuenta en el mercado laboral y que aún siguen luchando por conseguir este empoderamiento. Un elemento esencial para conseguir que las personas de este colectivo ocupen el lugar que les corresponde en la sociedad y de esta forma acabar con las desigualdades y las barreras a las que se enfrentan a diario.

La importancia del empoderamiento en la lucha por los derechos

Cuando hablamos de derechos, todos suponemos que se trata de una cuestión de obligado cumplimiento. Sin embargo, aunque haya leyes recogidas en la Constitución y todo un sistema que se encargue de hacerlas efectivas, lo cierto es que llevarlas a la práctica suele ser más complicado que teorizar con ellas, sobre todo cuando se trata de atender las necesidades de grupos desfavorecidos. Es aquí donde entra en juego el empoderamiento.

Para la lucha, no solo del cumplimiento de los derechos ya adquiridos, sino para la creación de nuevos que atiendan las necesidades de las personas en este mundo cambiante, es necesario contar con un empoderamiento que nos dote de conocimiento, autonomía y fuerza para cambiar aquello que necesita evolucionar.

En este sentido, trabajar para que las personas con discapacidad lleguen a alcanzar este empoderamiento, es esencial para que ellas mismas puedan luchar por sus derechos de forma autónoma. Una autonomía, pretende garantizar una defensa de los derechos con voz propia, ya que son ellos los que mejor conocen su situación, sus necesidades, la forma y el espacio que quieren ocupar en las sociedades y el tipo de maltrato o discriminación al que están sometidos.

El papel de las fundaciones

Conseguirlo no es tarea sencilla y en esta labor han trabajado principalmente fundaciones, asociaciones y organizaciones que trabajan con personas con discapacidad, a través de diferentes programas e iniciativas, y sobre todo, siguiendo el cambio de paradigma social que ha hecho que todo esto sea posible, y que no es otro que las mareas sociales de lucha por la igualdad social que han llevado a que las Naciones Unidas recojan este objetivo como uno para la Agenda 2030.

Entre las fundaciones españolas que más han destacado por su trabajo, tenemos a Fundación ONCE y al CERMI, dos de las instituciones que más programas tienen para conseguir el empoderamiento de las personas con discapacidad, basadas en tres principios fundamentales: formación, empleo y visibilidad.