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El Grupo de Consultoría Autista (GCA) del Proyecto Rumbo aboga por la implementación de "salas de baja estimulación sensorial", conocidas como 'espacios de la calma', como elementos esenciales para que las personas con autismo y sus familias puedan disfrutar plenamente de los entornos comunitarios y participar en sus actividades.
Según Autismo España, estos espacios son "salas tranquilas donde cualquier persona que lo necesite puede tomarse un tiempo para relajarse".
La presencia de espacios adaptados fomenta el bienestar de personas con autismo
"La presencia de estos lugares puede influir en que un evento, entorno o sitio sea accesible para las personas con autismo y sus familias", explicó. Esto les brinda "la oportunidad de sentirse a gusto y disfrutar, igual que el resto de la gente".
De acuerdo con los especialistas del GCA, que incluye a cinco personas con TEA y una mediadora de las asociaciones afiliadas a Autismo España que participan en el proyecto Rumbo, estas iniciativas buscan soluciones innovadoras para promover la inclusión de personas con discapacidad en la comunidad y su vida independiente.
En su opinión, "muchos espacios públicos y privados siguen siendo entornos hostiles" para el colectivo. "No consideran las características y necesidades sensoriales de las personas autistas y sus familias, ya que presentan luces brillantes o fluorescentes, ruido, aglomeraciones, olores intensos, entre otros."
La creación de espacios inclusivos
Los expertos subrayaron que "el valor de establecer estos espacios va más allá de beneficiar a las personas del colectivo autista; también pueden servir como un refugio para cualquiera que necesite un descanso."
Por todo esto, el GCA ha reunido una serie de herramientas y consejos para crear estos espacios. Recomienda que estén insonorizados, iluminados con luz tenue, pintados en colores neutros y equipados con mobiliario cómodo y minimalista.
Festivales, aeropuertos, ferias, fiestas, eventos municipales, centros comerciales, parques de atracciones, casinos, piscinas, gimnasios y estaciones de transporte son solo algunos ejemplos de lugares con alta afluencia de personas y mucho ruido. En estos contextos, el GCA sugiere que sería beneficioso contar con "espacios de calma".
Guía para diseñar espacios con calma
Los expertos recomiendan empezar por aspectos generales como la iluminación, los colores, la insonorización y el mobiliario del espacio. Proponen que estos espacios incluyan materiales como objetos sensoriales antiestrés, elementos para sentarse cómodamente (cojines, pufs), materiales táctiles agradables como algodón, lana o terciopelo, masajeadores y dispositivos canceladores de ruido, como tapones o cascos.
También sugieren limitar el aforo a un máximo de siete personas simultáneamente y que la duración recomendada de la estancia en estos espacios sea de alrededor de 20 minutos, con flexibilidad según las necesidades individuales. Además, aconsejan que el acceso a estos espacios esté disponible durante el mismo horario que el evento o la apertura del lugar.
Las recomendaciones del Grupo de Consultoría Autista
El Grupo de Consultoría Autista sugiere que los 'espacios de la calma' cuenten con la presencia de una o dos personas encargadas de su gestión, preferiblemente con formación en autismo y primeros auxilios. Además, recomiendan establecer normas de conducta claras, como respetar a los demás, apagar los dispositivos electrónicos y mantener el silencio.
También indican que el 'espacio de la calma' debe estar "debidamente señalizado con indicaciones accesibles y claras" y que sería "beneficioso incluir apoyos visuales para facilitar la comprensión de todas las personas".
Finalmente, destacan la importancia de evaluar la satisfacción con el espacio y explorar posibles mejoras mediante cuestionarios personales en lenguaje claro y formatos accesibles para las personas con autismo.
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