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La responsable de Asuntos Públicos y Relaciones Institucionales de Too Good To Go, Victoria Albiñana, reclama que en el espacio de sostenibilidad de los currículos escolares “tiene que estar el desperdicio alimentario”.
Asimismo, Albiñana dijo que las conferencias y/o campañas de concienciación sobre el tema “están bien, pero hay que ir más allá”, por el alto grado que se da con este problema que causa estragos en la salud de nuestro planeta.
Así lo afirmó durante un diálogo celebrado en Servimedia con el título ‘El efecto ser humano’, en el que se puso el foco en el impacto del desperdicio alimentario y en la campaña ‘El efecto ser Humano. La única especie capaz de cambiar el planeta’ de Manos Unidas.
El desperdicio alimentario es un problema que solamente los humanos somos capaces de resolver
Albiñana hizo referencia a la reciente reforma legislativa emprendida en Austria, en la que se incorporó específicamente en los currículos escolares la temática del desperdicio alimentario, como un ejemplo a seguir porque “los jóvenes son las futuras generaciones, quienes marcarán las tendencias de consumo”.
Añadió que “hay que normalizar hablar de sostenibilidad” y hacer tareas que eviten el derroche de comida, como las que llevan a cabo desde de Too Good To Go que consisten en poner en contacto a los consumidores con los establecimientos para dar salida a productos que estén cercanos a caducar.
Por su parte, la ASG de comunicación corporativa de Alsea, Maria Escribano Romero, aseguró que “los jóvenes vienen muy fuertes, con mucho conocimiento, son hiper exigentes y educan a sus padres”, refiriéndose a la importancia que tienen para evitar el desperdicio alimentario, no solo en el colegio o en otros ámbitos educativos, sino en sus propios hogares y entre sus entornos familiares.
Por ello, la representante de Alsea, que cuenta con marcas de restaurantes como Vips o Ginos, secundó el impacto positivo de las campañas y charlas en colegios sobre la grave situación del desperdicio alimentario y dijo que “se están haciendo bien las cosas con los jóvenes, que son el futuro”.
El coordinador del Departamento de Incidencia y Alianzas de Manos Unidas, Marco Gordillo Zamora, quiso “romper una lanza en favor de las personas mayores, quienes, por sus vivencias, desperdician menos alimentos”, aseveró.
Unir las generaciones pasadas con las futuras, un proyecto para poder traer la sostenibilidad al acto de alimentación
Así, detalló que desde la ONG desarrollan un proyecto con personas jóvenes voluntarios de la organización y sus abuelos o personas mayores cercanas para intentar llegar al “desperdicio cero”.
Dicha iniciativa consiste en que las personas de ambas generaciones se reúnan con otras y los mayores recuperen y compartan recetas para cocinar que usan desde hace años. “Esta es una forma de desperdiciar menos e, incluso cero”, añadió Gordillo.
Este tipo de proyectos contra el desperdicio alimentario en este caso, no solo consiguen aportar un gran cambio en la sociedad, sino que también acaban siendo muy positivas para la salud mental tanto de mayores como de niños, por lo que generan un gran impacto en diferentes aspectos importantes.
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