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El descenso de las temperaturas ya es una realidad en casi toda la península, lo que generalmente conlleva un mayor riesgo de resfriados, infecciones y afecciones en la garganta. Sin embargo, más allá de estos inconvenientes comunes, el frío puede tener efectos significativos sobre la salud. Al exponerse a bajas temperaturas, muchas personas experimentan reacciones físicas como temblores o sensación de entumecimiento, lo que provoca una incomodidad temporal.
No obstante, quienes tienen predisposición a ciertas afecciones, como los sabañones o la urticaria por frío, o quienes padecen enfermedades autoinmunes como el Síndrome de Raynaud, o problemas respiratorios como la EPOC, bronquitis o asma, pueden ver un empeoramiento de sus síntomas, como dolor, rigidez y una circulación deficiente.
¿Cómo afecta el frío en la circulación?
En invierno, el cuerpo reacciona al frío redirigiendo la circulación sanguínea hacia los órganos vitales, lo que provoca que las extremidades, como manos y pies, se enfríen rápidamente. Este proceso, denominado vasoconstricción, sucede porque los vasos sanguíneos se contraen para preservar el calor en los órganos internos. Aunque es una respuesta natural, en personas con problemas circulatorios o enfermedades vasculares, este mecanismo puede agravar los síntomas preexistentes, ya que restringe aún más el flujo sanguíneo hacia las extremidades.
La propagación de los virus
Además, el frío puede aumentar la rigidez muscular y reducir la eficacia del sistema inmunológico, lo que pone en mayor riesgo de complicaciones a quienes padecen enfermedades crónicas, como la EPOC y otras afecciones respiratorias. Asimismo, las bajas temperaturas y la mayor permanencia en ambientes cerrados y mal ventilados favorecen la propagación de virus como los de la gripe o el resfriado común, que, al ser contraídos por personas con condiciones crónicas, pueden generar complicaciones graves. Esta situación podría empeorar aún más si se considera que, según el último informe del Ministerio de Sanidad, se espera que este año la actividad gripal sea especialmente intensa, al igual que ocurrió en 2023.
La doctora Daniela Silva, especialista en Medicina Interna y E-Health Medical Manager de Cigna Healthcare España, explica que el frío obliga al cuerpo a hacer esfuerzos extra para regular la temperatura, lo que puede agravar enfermedades preexistentes. Los síntomas pueden intensificarse por problemas circulatorios o rigidez muscular. Es crucial que quienes padecen estas condiciones estén atentos a señales como entumecimiento o dolor en las extremidades, y tomen precauciones, como usar ropa térmica, evitar las bajas temperaturas y mantenerse en ambientes cálidos.
¿Qué enfermedades se ven más afectadas durante el invierno?
Los especialistas de Cigna Healthcare analizan algunas de las principales enfermedades que empeoran con las bajas temperaturas y ofrecen recomendaciones para minimizar los riesgos.
El síndrome de Raynaud se caracteriza por una constricción excesiva de los vasos sanguíneos en las extremidades al estar expuestas al frío, lo que limita el flujo sanguíneo hacia los dedos de las manos y los pies. Como consecuencia, estas zonas pueden volverse pálidas o azuladas, acompañadas de dolor, entumecimiento e incluso una sensación de hormigueo cuando se restablece la circulación.
El síndrome de Raynaud se asocia frecuentemente con enfermedades reumáticas autoinmunes, afecta más a mujeres y se presenta en un 3-4 % de la población, según la Sociedad Española de Reumatología (SER). En invierno, los episodios de Raynaud pueden volverse más frecuentes y dolorosos. Para prevenirlos, se recomienda abrigar las extremidades con guantes térmicos, calcetines gruesos y calzado aislante, así como realizar ejercicios suaves que estimulen la circulación, como mover los dedos o caminar con regularidad.
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