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La empresa de reparto a domicilio Glovo ha anunciado un cambio importante en su modelo laboral en España. A partir de ahora, los repartidores que trabajan para la compañía serán contratados como empleados laborales, dejando atrás el esquema de trabajadores autónomos.
Este ajuste, que se aplicará en más de 900 ciudades donde la compañía delivery opera, busca cumplir con la normativa española y reforzar el compromiso de la empresa con el desarrollo de la economía digital en el país.
Glovo asegura que este cambio no alterará la experiencia para los usuarios ni para los restaurantes que utilizan la plataforma. Según la compañía, el objetivo es mantener la calidad del servicio mientras se adapta a las exigencias legales y sociales del mercado laboral en España.
Glovo da un paso hacia el empleo laboral
El nuevo modelo no solo afectará a los repartidores, sino que también incluye a todas las áreas y servicios que la compañía ofrece a través de su aplicación. La empresa ha enfatizado que este paso forma parte de una estrategia para alinear su operación con la legislación vigente y con las expectativas de sus socios y trabajadores.
Para garantizar una transición adecuada, Glovo ha anunciado la creación de una mesa de diálogo con representantes sociales y otros operadores del sector. Este foro permitirá a todas las partes implicadas discutir y consensuar las mejores prácticas para implementar este cambio. Además, la compañía invita a otras empresas de delivery a unirse a estas conversaciones y adaptar sus modelos laborales de forma similar.
La intención de Glovo es que el proceso sea inclusivo, transparente y que genere acuerdos sólidos que beneficien a todas las partes. Esto refleja el interés de la empresa por liderar un cambio en la industria que cumpla con las normativas laborales sin comprometer la calidad del servicio.
Un cambio que viene dado por la situación con la ley de la compañía
Este cambio no ocurre en un vacío. La decisión de modificar el modelo laboral llega en un momento crítico para Glovo, ya que su consejero delegado y fundador, Óscar Pierre, enfrenta problemas legales. La fiscalía lo ha acusado de mantener a los repartidores bajo un esquema de falsos autónomos, incumpliendo la Ley Rider, que entró en vigor en 2020. Esta ley exige que las plataformas digitales contraten a sus repartidores como empleados si se considera que tienen una relación laboral subordinada.
Pierre deberá comparecer ante el juez como imputado. La fiscalía sostiene que Glovo ha seguido utilizando un modelo laboral ilegal a pesar de las sentencias del Tribunal Supremo que lo prohíben. El Ministerio Público considera que es "indiscutible" que los repartidores son empleados por cuenta ajena y, por ello, ha solicitado que Pierre sea procesado. De ser hallado culpable, el CEO de la compañía podría enfrentarse a una pena de hasta seis años de prisión.
La decisión de Glovo podría tener un impacto significativo en el sector del reparto a domicilio en España. Este cambio no solo responde a la presión legal, sino que también envía un mensaje al resto de las empresas del sector sobre la necesidad de adaptarse a las nuevas regulaciones laborales. Queda por ver cómo evolucionará el proceso y qué efectos tendrá en el funcionamiento de la plataforma y en la relación con sus repartidores.
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