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Por mucho que le hayamos pedido a los Reyes Magos que este año traigan la paz en el mundo, no creo que eso sea posible.
Un año más las guerras seguirán siendo parte del paisaje habitual de un planeta consumido por disputas. A lo largo y ancho del globo, las armas, la represión y las violaciones de derechos humanos siguen actuando ante los ojos de un mundo acostumbrado a convivir con ellas; y una comunidad internacional incapaz de frenarlas.
Tras un 2020 donde los confinamientos por la pandemia del coronavirus parecía haber frenado la oleada de protestas que se produjeron en países árabes, latinoamericanos y asiáticos, 2021 retomó las grandes movilizaciones, algunas de ellas fuertemente reprimidas. Además, este año las disputas diplomáticas entre potencias mundiales y regionales se han intensificado, como es el caso de la Unión Europea y Estados Unidos con Rusia o Marruecos con Argelia.
El 2021, lejos de acabar con los conflictos heredados de años anteriores, ha traído nuevas batallas y despertado contiendas dormidas: desde Afganistán a Etiopía, pasando por la represión y violencia en Colombia, Nicaragua o Myanmar, hasta las tensiones en Ucrania o el Magreb.
Guerras y conflictos activos en 2022
Si hubiera una competición para elegir el acontecimiento de 2021 con las repercusiones más trascendentales para la paz y la seguridad del mundo, los candidatos serían muy numerosos.
Si hay algo que ni una pandemia global es capaz de parar son las guerras. En este artículo de World Vision recogíamos las emergencias de 2021. A continuación, hacemos un repaso de los conflictos activos en 2022.
Siria, Libia, Yemen: en un enfrentamiento continuo
Un caso paradigmático de esto es Siria que, una década después, el apoyo militar de Turquía a la oposición e incluso a facciones yihadistas frenaron el avance imparable del Gobierno de Bashar al Assad, que había recuperado buena parte del país tras la retirada estadounidense.
En este momento se está desarrollando la decimoséptima ronda de consultas entre el Gobierno sirio y la oposición armada en el marco del llamado proceso de Astaná, con la mediación de representantes de Rusia, Turquía e Irán. La reactivación de los grupos terroristas en Siria será uno de los temas centrales que se abordarán en esta ronda de consultas, tras un aumento de estas facciones armadas en el país.
En el mismo sentido permanecen Libia y Yemen. Según la ONU, Yemen es escenario de la peor catástrofe humanitaria del planeta, con más de 24 millones de personas necesitadas de algún tipo de asistencia (16,2 millones en condiciones de hambre extrema) debido principalmente a la guerra que desde 2014 enfrenta a los rebeldes hutíes, respaldados por Irán, con el Gobierno reconocido internacionalmente y una coalición militar encabezada por Arabia Saudí.
Marruecos: viejas disputas
Tras la ruptura del alto el fuego con sus vecinos, Argelia y el Sáhara Occidental en noviembre de 2020, los bombardeo por parte del Frente Polisario a puestos militares del ejército de Marruecos en el desierto han sido una constante. El Gobierno marroquí ha confirmado más de mil misiles lanzados y se han producido incursiones saharauis. En los próximos meses el conflicto podría recrudecerse, en medio de las tensiones entre el reino alauí y Argelia, máximo valedor de la causa saharaui.
La ruptura de relaciones diplomáticas de Argelia con Marruecos en el mes de agosto, fueron el comienzo de una escalada de tensiones entre las dos potencias del Magreb, que desembocaron en el cierre del gasoducto Magreb-Europa, que conectaba Argelia con la Península Ibérica a través de Marruecos.
Otro conflicto histórico que ha sufrido un nuevo episodio sangriento este 2021 es Israel y Palestina
El seis de agosto de este año unos enfrentamientos entre manifestantes palestinos y la policía israelí tras la aprobación por parte de la justicia de Israel de desalojar a varias seis familias palestinas se contagiaron en buena parte del país. Las protestas se trasladaron hasta la Franja de Gaza, y comenzaron así varios días de bombardeos que terminaron con la muerte de más de 250 palestinos, entre ellos 65 menores, y 1.900 heridos. En Israel murieron 12 personas, entre ellas dos menores, y más de 340 resultaron heridas.
Si hay un lugar que ha atraído las miradas de todo el mundo en 2021 es Afganistán
El anuncio de la retirada de las tropas estadounidenses tras veinte años de intervención en el país asiático fue aprovechado por los talibanes para tomar rápidamente el control del país. Las tropas afganas, incapaces de repeler la ofensiva, se limitaron a retrasar lo máximo posible la victoria del grupo fundamentalista, que el 15 de agosto revirtió dos décadas de control internacional.
Esta situación desembocó en la huida de las tropas extrajeras, que tuvieron que sacar de forma precipitadamente a sus ciudadanos y a sus colaboradores. Las imágenes del aeropuerto de Kabul invadido por miles de afganos que pedían salir del país antes que vivir bajo yugo talibán quedaran ratificaron el fracaso internacional. La guinda al fiasco de la intervención estadounidense fue el atentado en las inmediaciones del aeródromo mientras se producía la evacuación, dejando 170 muertos y decenas de heridos.
El futuro de estas personas está ahora en manos del grupo fundamentalista, que pese al intento de convencer a la comunidad internacional a través de un discurso más moderado a finales de los años noventa, ya ha empezado a reportar escenas de violencia y venganza. Cuatro meses después. El empeoramiento del país es más que notable, que vive sumido en una preocupante crisis humanitaria y un considerable retroceso de los derechos humanos.
Las medidas adoptadas por el grupo fundamentalista demuestran que, las promesas hechas de no discriminación a las mujeres y respeto de derecho humanos, eran una estrategia para blanquear un régimen que ahoga a su población a base de hambre y miedo, y cuyo futuro no invita al optimismo.
Protestas, represión y golpes de Estado
Ciudadanos de Colombia, Cuba o Nicaragua han sufrido esta situación, donde las fuerzas gubernamentales ha provocado muerte, sufrimiento y represión.
Además, 2021 termina con seis golpes de Estado, todos ellos en países africanos excepto uno, el de Myanmar. El pasado 1 de febrero un golpe militar liderado por el comandante Min Aung Hlaing encarceló a la líder Aung San Suu Kyi, una de las protagonistas en la transición democrática. Los militares de la antigua Birmania repelieron las protestas con más de mil asesinatos, y la ONU ya alerta de que el país va camino de convertirse en un Estado fallido.
Para mucha gente en todo el mundo, 2021 ha sido un annus horribilis, cuyo final hemos esperado con impaciencia. Sin embargo, como indica la lista de guerras y conflictos, su sombra va a seguir proyectándose mucho tiempo. Queremos olvidar este año, pero es muy probable que, por desgracia, 2022 no deje de recordárnoslo.
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