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Los ictus, o infartos cerebrales, han experimentado un aumento alarmante a nivel mundial. Cada año, se registran aproximadamente 12 millones de casos, lo que resulta en más de 7 millones de muertes. Este crecimiento está relacionado con diversos factores ambientales y de salud, como la contaminación del aire, las altas temperaturas y problemas metabólicos, incluyendo la obesidad y la hipertensión.
Según el último análisis del Estudio sobre la Carga Global de Morbilidad, publicado en la revista The Lancet Neurology, entre 1990 y 2021, el número de personas que sufrieron un ictus aumentó un 70 %, y el número de muertes por esta causa creció un 44 %.
Causas del aumento
El incremento de casos de ictus se debe, en parte, al crecimiento demográfico y al envejecimiento de la población. A medida que la población mundial envejece, los factores de riesgo también se vuelven más prevalentes. Esto incluye la exposición a la contaminación, la inactividad física, el consumo de tabaco y una dieta poco saludable.
La investigación muestra que más del 75 % de las personas afectadas por ictus viven en países de ingresos bajos y medios, donde el acceso a la atención médica y la prevención es limitado.
El estudio destaca que el control de la presión arterial, la promoción de un estilo de vida saludable y la atención a los factores ambientales son esenciales para combatir este problema. En 2021, se estimó que había 11,9 millones de nuevos casos de ictus, mientras que el número de sobrevivientes aumentó a 93,8 millones, un crecimiento del 86 % desde 1990. Sin embargo, las muertes por ictus siguen siendo significativas, convirtiéndolo en la tercera causa de muerte a nivel mundial, detrás de las enfermedades cardíacas y el COVID-19.
Factores de riesgo y desigualdades
El estudio también revela que la carga de los ictus varía significativamente según la región y el nivel de ingresos de los países. Las tasas de incidencia y mortalidad son más bajas en naciones de renta alta, como Nueva Zelanda y Canadá, mientras que las más altas se registran en regiones de ingresos bajos y medios, especialmente en Asia y África.
Además, se observan diferencias en el tipo de ictus. La mayoría de las discapacidades relacionadas con el ictus son causadas por ictus hemorrágicos, que son más mortales, aunque menos frecuentes que los ictus isquémicos. Estos ictus hemorrágicos son a menudo provocados por la hipertensión arterial. Curiosamente, las tasas de ictus hemorrágico en países de bajos ingresos son el doble que en aquellos de altos ingresos.
La investigación también indica que el número total de años de vida sana perdidos debido al ictus aumentó de 121,4 millones en 1990 a 160,5 millones en 2021. Esto resalta la urgente necesidad de medidas efectivas para abordar los factores de riesgo prevenibles. Entre los principales factores de riesgo globales se encuentran la presión arterial elevada, la contaminación del aire, el tabaquismo y niveles altos de colesterol LDL. La contaminación atmosférica, en particular, se ha identificado como un riesgo significativo para la salud cerebral, contribuyendo a un 14 % de las muertes y discapacidades relacionadas con ictus hemorrágico.
Así las cosas, el aumento de los casos de infarto cerebral es un problema creciente que requiere atención urgente y estrategias de prevención a nivel mundial. La implementación de medidas adecuadas puede ayudar a mitigar esta crisis de salud pública y mejorar la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo.
Los síntomas del ictus pueden aparecer repentinamente y varían según la parte del cerebro afectada. Aquí te presento los más comunes:
1. Dificultad para hablar o entender
Las personas pueden tener problemas para pronunciar palabras o pueden hablar de manera confusa. También pueden tener dificultad para comprender lo que otros dicen.
2. Debilidad o parálisis en un lado del cuerpo
Esto puede manifestarse como debilidad en un brazo o una pierna, o en ambos, y a menudo afecta solo un lado del cuerpo.
3. Pérdida de coordinación o equilibrio
Las personas pueden experimentar problemas para caminar, mantenerse de pie o coordinar movimientos.
4. Cambios en la visión
Esto puede incluir visión borrosa, pérdida de visión en uno o ambos ojos, o ver doble.
5. Dolor de cabeza intenso
Un dolor de cabeza súbito y severo, a menudo descrito como el "peor dolor de cabeza de la vida", puede ser un signo de un ictus hemorrágico.
6. Confusión o alteraciones en el estado mental
Las personas pueden sentirse desorientadas, confundidas o tener problemas para recordar cosas.
7. Dificultad para tragar
Pueden presentar problemas al intentar tragar alimentos o líquidos.
Reconocimiento de los síntomas
La regla "Rápido" (FAST) puede ayudar a recordar los síntomas clave:
- F (Face): Pídale a la persona que sonría. ¿Un lado de la cara se cae?
- A (Arms): Pídale que levante ambos brazos. ¿Un brazo se cae?
- S (Speech): Pídale que repita una frase. ¿Habla de manera extraña o confusa?
- T (Time): Si observa cualquiera de estos signos, llame a emergencias de inmediato.
El ictus es una emergencia médica. Cuanto más rápido se reciba atención, mayores serán las posibilidades de recuperación y menores serán las secuelas.
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