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Las investigaciones que relacionan de forma directa la salud mental con la digestiva no paran de encontrar pruebas de esta estrecha relación. La última ha sido la dirigida en el King's College de Londres, en Reino Unido, donde han investigado enfermedades que generan inflamación intestinal como la enfermedad de Crohn o la colitis, con el estado de ánimo del paciente, realizando hallazgos muy interesantes al respecto que podrían cambiar las terapias.
El estudio, publicado en la revista científica 'eBiomedicine' y respaldada por el Instituto Nacional de Salud y Atención y el Consejo de Investigación Médica, ha mostrado que trabajar en la mejora del estado de ánimo de los pacientes que sufren estas enfermedades puede tener un impacto positivo en cuanto a la reducción de la inflamación intestinal en el 18 % de los casos que se han comparado con aquellos en los que no ha habido ningún trabajo a nivel de salud mental.
Un buen estado de ánimo reduce la inflamación intestinal
Para dar con este hallazgo, los investigadores analizaron 15.000 artículos previos al respecto, buscando todos aquellos ensayos controlados en adultos que sufriesen alguna de las enfermedades de inflamación intestinal donde se midiesen los diversos niveles de los biomarcadores inflamatorios. Concretamente se centraron en aquellos que mostraban los niveles de biomarcadores de proteína C reactiva y calprotectina fecal, que son los específicos de estas enfermedades digestivas crónicas.
Posteriormente, descartaron aquellas en las que no había existido ningún tipo de intervención para mejorar el estado de ánimo del paciente, por ejemplo trabajando en terapias para reducir el estrés, la angustia, la ansiedad o cuadros de depresión, en 28 ensayos que implicaban a 1.700 participantes. Las conclusiones del análisis fueron bastante claras: las terapias psicológicas, como la cognitivo-conductual o terapias de aceptación, tenían buenos resultados frente a la inflamación intestinal.
Estas terapias y otras relacionadas con la atención plena o el compromiso, se mostraron mucho más efectivas que el uso de antidepresivos o incluso que la actividad física para reducir la inflamación intestinal de los pacientes, ya que estas reducían los biomarcadores inflamatorios. Estos resultados han vuelto a demostrar que la salud mental se encuentra ampliamente ligada con nuestra salud digestiva y también abre la posibilidad a alternativas de tratamientos para estos pacientes.
Sanar nuestra mente para sanar nuestro cuerpo
Enfermedades como la de Crohn o la colitis, son crónicas o muy recurrentes en los pacientes que las padecen. A nivel farmacológico, se hace lo que se puede para mitigar los efectos de estas enfermedades.
Sin embargo, con este nuevo hallazgo, se abre la posibilidad a terapias alternativas que sean igual de beneficiosas para la reducción de la inflamación intestinal a la par de ser más económicas para reducir los síntomas de estas. Esto ayudaría a que los pacientes ganasen calidad de vida al convivir con enfermedades para las que actualmente no existe una cura definitiva.
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