Javier García, dispuesto a hacer 4.500 kilómetros por la investigación de la piel de mariposa

Javier García es un trabajador del Metro de Madrid que ha decidido embarcarse en un reto: recorrer media Europa para que se conozca la piel de mariposa. Aunque Javier lleve media vida trabajando en Madrid, nació en Galicia hace 38 años. Desde el pasado fin de semana decidió embarcarse en este reto por la piel de mariposa.

Javier García ha destacado a Nius Diario que “la piel de quien la padece es tan frágil como las alas de una mariposa. Cualquier rozadura puede producir heridas. Un compañero con el que entré a trabajar al mismo tiempo tiene un hijo al que le diagnosticaron la enfermedad''. Y conociendo su caso de cerca, García Reboredo no dudó en aprovechar su participación en una prueba deportiva para ayudar a la causa.

Javier García materializará la North Cape 4.000 para ayudar a su compañero de trabajo

Javier García realizará su reto de concienciación de la piel de mariposa durante la North Cape 4.000, una prueba que empieza en Italia y termina en Noruega. “Cada uno se administra como quiere: comes donde quieres, paras a dormir donde quieres... el tiempo empieza cuando tú sales y acaba cuando tú llegas, el crono no se para mientras haces ningún tipo de pausa”.

García pretende realizar 300 kilómetros al día para terminar su reto en 15 días. A pesar de haber roto una rueda dos días después de empezar y perder 30 horas entre la reparación y el desplazamiento para la misma, Xino Lugo cuenta sin dejar de pedalear que el percance no ha alterado su plan de carrera inicial. De momento lleva 2 000 euros recaudados junto a la Asociación Debra, una organización que trata de mejorar la calidad de vida de los afectados por la piel de mariposa y sus familias.

Maruxiña ayudará a Javier a llegar hasta Noruega

Javier García comenzó a montar en bici gracias a una antigua de su abuelo. Desde ahí su pasión por el ciclismo ha sido innegable. Además, todas las bicicletas han significado algo en su vida y por ello tienen un nombre: Desde 'Lolita', en honor a una máquina del trabajo de su padre hasta 'Pepita', en recuerdo a su abuela Josefa. La de ahora, 'Maruxiña', es una de las cinco que tiene: su nombre se debe a lo luchadora que es mi tía, con la que me siento muy identificado.