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La iniciativa ‘Jugar es obligatorio’ ha logrado un impacto significativo al adaptar más de 1.000 juguetes para niños y niñas con discapacidad en España, gracias al esfuerzo conjunto de la Fundación Orange, La Fábrica de Palabras y el grupo Mantis de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).
Este proyecto, que promueve el derecho universal al juego, ha beneficiado ya a más de 3.000 menores desde su lanzamiento, atendiendo más de 900 solicitudes realizadas por familias, escuelas, profesionales y entidades especializadas.
En esta última edición, la colaboración con el grupo Juguettos ha sido clave para ampliar el alcance del programa. Gracias a este apoyo, se ha incrementado el número de familias beneficiadas y se han reforzado los recursos destinados a la adaptación de juguetes.
Los juguetes contribuyen al desarrollo infantil, derribando barreras y aportando soluciones
La iniciativa no solo se centra en distribuir juguetes inclusivos, sino que trabaja activamente en diseñar soluciones personalizadas que se ajusten a las necesidades individuales de cada niño o niña. Esto incluye modificaciones para facilitar su uso por parte de menores con discapacidades físicas, sensoriales o cognitivas.
El proyecto parte de la convicción de que jugar no es un lujo, sino un derecho fundamental que debe ser accesible para todos los niños y niñas. Según diversos estudios, el juego es crucial para el desarrollo integral en la infancia, ya que fomenta el crecimiento cognitivo, emocional, físico y social. También potencia habilidades esenciales como la adquisición del lenguaje y el aprendizaje temprano. Sin embargo, para más de 100.000 menores con discapacidad reconocida en España, el acceso al juego puede estar limitado debido a la falta de juguetes adaptados. Por ejemplo, un niño con discapacidad visual no podrá disfrutar plenamente de un juguete basado en colores brillantes, mientras que un menor con discapacidad auditiva puede encontrar limitaciones en aquellos centrados en sonidos o música.
‘Jugar es obligatorio’ busca romper estas barreras mediante la incorporación de nuevas tecnologías que permitan adaptaciones cada vez más avanzadas de los juguetes. Este enfoque no solo amplía las posibilidades de juego para los menores, sino que también promueve la igualdad de oportunidades en su desarrollo. Las adaptaciones pueden incluir modificaciones como la incorporación de sistemas táctiles para niños con problemas visuales, o la integración de señales luminosas para aquellos con discapacidad auditiva, entre otras soluciones innovadoras.
La colaboración comunitaria como clave del éxito
El impacto del programa trasciende el acto de jugar: contribuye al bienestar emocional y a la inclusión social de los niños y niñas con discapacidad. Además, involucra a la comunidad en un esfuerzo colaborativo que incluye a familias, profesionales y empresas como Juguettos, que entienden la importancia de garantizar el acceso al juego para todos los menores.
En definitiva, esta iniciativa no solo transforma juguetes, sino también vidas, al garantizar que ningún niño o niña quede excluido de la experiencia lúdica. Así, ‘Jugar es obligatorio’ se posiciona como un proyecto ejemplar en la lucha por la equidad y la inclusión, recordando a la sociedad que jugar es más que una actividad recreativa: es un pilar esencial para el desarrollo y la felicidad infantil.
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