La marcha nórdica, un deporte desconocido con grandes beneficios

El irundarra Jon Medrano y el beratarra Ramontxo Arandia descubrieron la marcha nórdica de formas completamente distintas, pero ambos encontraron en este deporte una nueva pasión y una oportunidad de competir nuevamente.

Para Jon, la introducción a esta disciplina ocurrió casi por azar. "En un curso en mi centro Ukitzen en Elizondo, otra instructora me sugirió que podría gustarme la marcha nórdica. Decidí hacer un curso de iniciación y luego obtener los carnets de instructor. Como había jugado balonmano durante muchos años y echaba de menos la competición, decidí probar suerte en este deporte", relata. Ocho años han pasado desde entonces, y su implicación no ha dejado de crecer.

En cambio, Ramontxo descubrió la marcha nórdica navegando por Internet. "Siempre he sido deportista y solía subir al monte Larun en Bera, tratando de mejorar mis tiempos. Sin embargo, una lesión en la espalda me impidió seguir corriendo. Probé a caminar con dos palos de madera de avellano y me gustó la sensación. Buscando información en la red, encontré este ejercicio y decidí aprender la técnica".

Tras realizar un curso en Donostia, Ramontxo comenzó a entrenar con un equipo y descubrió que este deporte le beneficiaba en su recuperación. Pronto, participó en su primera carrera en Azagra, donde obtuvo la victoria. Desde hace cinco años está federado y compitiendo a nivel profesional.

Marcha nórdica: un deporte desconocido pero con beneficios extraordinarios

Ambos deportistas coinciden en que la marcha nórdica sigue siendo un deporte poco conocido, a pesar de sus numerosos beneficios. Puede practicarse con distintos objetivos: competitivos, de fitness o con fines terapéuticos. "En países nórdicos lleva implantado unos 20 años en el ámbito de la salud", señala Jon.

En Alemania, por ejemplo, la seguridad social ha integrado esta práctica como parte de la rehabilitación médica. "Allí, un médico rehabilitador evalúa al paciente y, según sus necesidades, se le introduce en un programa de rehabilitación que incluye el uso de bastones. Se mejora la postura, la fuerza, el equilibrio e incluso se utiliza en la recuperación de cáncer de mama", explica. En España, sin embargo, esta posibilidad aún no se ha explorado ampliamente.

La exigencia de los entrenamientos

Aunque pueda parecer un deporte sencillo, la marcha nórdica exige un gran trabajo físico. "Se activan todos los músculos del cuerpo", explica Ramontxo. "Al caminar con bastones e impulsarse con los brazos, el movimiento es similar al de nadar. Trabajas la espalda, los brazos y las piernas sin impacto agresivo".

Jon compagina su entrenamiento con la gestión de su centro Ukitzen, especializado en naturopatía y reeducación postural. "Entreno cinco días a la semana, según puedo, y a veces pido asesoramiento externo", explica. Ramontxo, por su parte, trabaja en la empresa Martiko de Bera y entrena seis días a la semana, combinando la marcha nórdica con bicicleta y fuerza bajo la supervisión de un entrenador. "La temporada es larga, de marzo a noviembre, si quieres competir en todo".

El esfuerzo de ambos ha dado frutos. Jon obtuvo el tercer puesto en el Mundial del año pasado, ganó el Campeonato de Clubes y terminó tercero en la Copa Vasco Navarra. Ramontxo también tuvo un 2024 brillante, logrando el campeonato de España, el subcampeonato de la Copa de España y de la Copa Vasco Navarra. Además, junto a Medrano, se coronó campeón del Campeonato de España de Clubs.

Curiosamente, Ramontxo pensaba retirarse en 2024. "No iba a competir, pero me convencieron. Y al final, disfruté y me salió un buen año. Siempre digo que es el último, pero aquí sigo".

El reto de atraer a los jóvenes

A pesar del crecimiento del deporte, ambos lamentan que en Navarra la marcha nórdica todavía no ha calado entre los jóvenes. "Muchos piensan que es cosa de abuelos o de 'los locos de los palos'", comentan entre risas. "Al principio da vergüenza cruzar el pueblo con los bastones, pero poco a poco la gente está viendo que también hay competición". Su esperanza es que, con el tiempo, más jóvenes se animen a practicar este deporte y descubran los beneficios que ellos ya han experimentado.