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Noruega ha dado luz verde al nuevo proyecto de ley que regularizará y autorizará la minería submarina en sus aguas a escala comercial.
Científicos ambientales ya han alertado de los riesgos devastadores que conlleva esta medida para los ecosistemas marinos, a lo que el Gobierno noruego respondió que será cauteloso y somo comenzará a emitir licencias cuando se tengan más estudios ambientales.
El caso es que las profundidades de este mar contienen rocas conocidas como nódulos y costras, que contienen minerales como litio, escandio y cobalto, que son fundamentales para poner en marcha las tecnologías limpias, donde se incluyen las baterías.
El acuerdo de minería submarina solo afecta a Noruega, pero durante el 2024 podría alcanzarse acuerdos a nivel internacional
El hecho de que Noruega tome esta decisión es que estos minerales se encuentran disponibles en tierra, pero concentrados en pocos países, como la República Democrática del Congo, que cuenta con las mayores reservas de cobalto, pero acceder a ello resultaría en conflictos con algunas partes del país.
Es por ello que los empresarios de la minería submarina defienden su objetivo apostillando que contarán con periodos largos de exploración y mapeo de estos mares para conocer muy bien el impacto ambiental de la actividad.
Pero los activistas y e investigadores de los océanos, como Martin Webeler de la Fundación de Justicia Ambiental comunicó a la BBC que es una hipocresía en toda regla, ya que el gobierno noruego siempre aposto por la implementación de estándares muy altos en sostenibilidad ambiental.
Es por ello que también insta a las empresas de minería a prevenir daños ambientales en las operaciones que tienen activas, en vez de comenzar a abrir otra industria totalmente nueva y que dañe otro ecosistema, ya de por sí dañado por las acciones humanas.
Reino Unido y toda la UE se han mostrado en total desacuerdo con la medida de Noruega respecto a la minería submarina, por lo que solicitan una prohibición temporal de dicha práctica por las preocupaciones presentes sobre posibles daños a los ecosistemas y la aceleración de la crisis climática que supone.
Asimismo, el propio país se enfrenta también al rechazo de sus expertos nativos a dar luz verde a la minería submarina, y es que el Instituto Noruego de Investigación Marina (IMR) dijo que "el gobierno había hecho suposiciones basándose en una pequeña área de investigación y las había aplicado a toda el área planificada para la perforación".
Por su parte, el gobierno noruego se defiende argumentando que no permitirá la perforación inmediata de las empresas sin contar con propuestas y evaluaciones detalladas de cada caso, teniendo muy en cuenta el impacto ambiental, por lo que se supone, que están tomando un enfoque de gran precaución ante estas futuras actividades. Asimismo reiteraron que "abrir un área de actividad le permite a los actores privados explorar y adquirir conocimientos y datos de las áreas en cuestión. Abrir las áreas no es lo mismo que aprobar la extracción de minerales del fondo marino".
Los expertos estiman estudios de entre 5 y 10 años para conocer los impactos en los ecosistemas, y las empresas involucradas dicen que hasta la década de 2030 no se comenzaría con ninguna extracción real
Por su parte, y ante el panorama bastante polémico de la decisión de Noruega con la minería submarina, los activistas piden invertir más en reciclar y reutilizar los minerales ya existentes extraídos de la tierra.
Desde Fundación para la Justicia Ambiental estima en un informe que se podrían recuperar 16.000 toneladas de cobalto por año, alrededor del 10 % de la producción anual, mediante una mejor recolección y reciclaje de teléfonos móviles.
En todo caso, será la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), un organismo afiliado a la ONU, la que se reúna este año para intentar finalizar las reglas sobre la minería submarina en el país, así como queda por ver en que acaban las negociaciones al respecto de emitir licencias para mares internacionales.
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