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Las compañías de los sectores tecnológico, petrolero y de gas han entrado en el debate sobre el futuro del sistema eléctrico de EEUU. Estas empresas discrepan sobre las nuevas leyes de la administración Trump que apoyan el uso de centrales nucleares y de carbón.
Microsoft, Walmart, ExxonMovil, General Electric y Apple: Dicen 'no' al plan energético
Microsoft, Walmart, ExxonMovil, General Electric y Apple son algunas de las compañías líderes de EEUU que se oponen a la defensa de la protección de este tipo de centrales para asegurar el suministro eléctrico.
Rick Perry, el secretario de energía, sostiene que dichas centrales refuerzan la red eléctrica frente a fenómenos naturales y realmente no están recompensadas por este servicio en los mercados eléctricos.
Un mercado marcado por la competición entre los productores
El 66% de la energía en EEUU se suministra dentro de un mercado marcado por la competición entre los productores. El bajo coste del gas y el apoyo gubernamental a las energías renovables han hecho que las centrales nucleares y de carbón lo tuvieran más difícil para competir.
El mes pasado, Perry se dirigió de manera oficial a la Comisión Federal Reguladora de Energía (FERC), el organismo independiente que regula el mercado eléctrico entre estados, para elaborar planes pormenorizados de pagos a las centrales que tengan 90 días de combustible fósil.
Oposición y partidarios
Los opositores afirman que la nueva regulación podría afectar a la competitividad del mercado eléctrico al elevar los precios a los consumidores y paralizar la inversión en formas más limpias de producción de la energía.
Los partidarios como las compañías mineras y las industrias nuclear y del carbón, consideran buena dicha medida para mantener operativa la capacidad de producción que sería necesaria en una crisis.
Esta discursión ha tenido consecuencias inesperadas. Las compañías de energías renovables se han unido a su adversario por excelencia al Instituto Americano del Petróleo.
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