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El lince ibérico ha superado “la mitad del camino” necesario para salir de la extinción tras alcanzar 1.668 ejemplares en el censo del año pasado en España y Portugal, lo que supone un nuevo máximo histórico desde que existen programas de conservación de la especie, según WWF.
El grupo de trabajo del lince ibérico (‘Lynx pardinus’), que coordina el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), ofreció los resultados del seguimiento poblacional de la especie realizado en 2022 por las comunidades autónomas españolas con presencia estable de la especie (Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura) y por las autoridades de Portugal.
El lince ibérico ha conseguido alcanzar más de 1.600 ejemplares durante el pasado año
Esto se recibe como una noticia estupenda, ya que se trata de una especie que estaba a punto de desaparecer, y con ello los aportes que realiza en los ecosistemas en los que habita.
Así, se contabilizaron más de 300 nuevos ejemplares respecto a 2021, con lo que se siguió la tendencia de crecimiento continuada desde 2015, si bien el lince ibérico aún está considerado ‘en peligro de extinción’ en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.
Según WWF, el trabajo colaborativo de los actores implicados en su conservación acerca al lince ibérico a las 750 hembras y entre 3.000 y 3.500 ejemplares, cifra marcada por esta ONG para considerar a la especie fuera de peligro.
Sin embargo, WWF subrayó que es necesario seguir trabajando en crear nuevas poblaciones y reducir las amenazas como los atropellos y el furtivismo.
Y es que hay diversos estudios que demuestran como los atropellos son de las primeras causas de muerte de animales en carretera, así como la caza furtiva, que sigue haciendo un daño descomunal a los ecosistemas del planeta.
La cooperación y las labores de conservación son de las grandes responsables de la posible salvación de la especie
Ramón Pérez de Ayala, responsable de Proyectos del Programa de Especies de WWF España, destacó que Montes de Toledo ha alcanzado en número de hembras reproductoras a Andújar (53), la población más grande hasta la fecha, y valle del Guadiana se ha quedado en 49.
En los últimos años, el aumento de las poblaciones de lince ibérico ha estado por encima de un 20 % anual. “Ese crecimiento ha sido tan grande gracias al buen trabajo de selección de las zonas de reintroducción, en estas cuatro poblaciones todas las hembras que nacían se han estado asentado y criando al año siguiente, pero ahora estamos llegando a su máxima capacidad de carga”, agregó Pérez de Ayala.
El censo del año pasado incluye la suelta de lince ibérico en Sierra Arana (Granada), que se hizo en diciembre, y el pasado febrero se comenzó a reintroducir ejemplares en una nueva población en Murcia. “Previsiblemente, el año que viene aumentará el crecimiento de las poblaciones”, recalcó Pérez de Ayala.
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