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El secretario general de la ONU, António Guterres, señala que alrededor de 10 millones de hectáreas de bosques se degradan y destruyen cada año. Esa superficie es algo superior a la extensión de Castilla y León.
Guterres hace estas consideraciones como llamamiento para elegir "madera sostenible para las personas y el planeta".
Guterres indica que "las promesas de detener la deforestación han sido altas y claras, y en algunas regiones se está frenando la deforestación. Sin embargo, cada año seguimos degradando y destruyendo los bosques".
Los bosques cubren el 31 % de la superficie terrestre
Los bosques albergan más del 80 % de las especies animales y vegetales, y más de 1.600 millones de personas dependen de ellos para sobrevivir proporcionándoles alimentos, medicinas, combustible y abrigo.
También almacenan una cantidad de carbono estimada en 296 gigatoneladas y albergan la mayor parte de la biodiversidad terrestre del mundo, según la FAO.
Asimismo, son una fuente de fibra, combustible, alimentos y forrajes, y proporcionan medios de vida a millones de personas, lo que incluye a muchas de las personas más pobres del mundo. Por ejemplo, cerca de 2.400 millones emplean la dendroenergía para cocinar.
Adicionalmente, los bosques contribuyen a mitigar el cambio climático y a mejorar la calidad del suelo, el aire y el agua. Si se gestionan de forma sostenible, también son una fuente de materias primas renovables.
El problema de la deforestación
Ecologistas en Acción publicó un nuevo informe de Harvest y Rainforest Foundation Norway, donde se analizan en profundidad 25 áreas críticas de la sabana de El Cerrado (Brasil) y su tendencia creciente de deforestación. Estos territorios cubren aproximadamente un 36 % del territorio brasileño y está considerada la sabana más biodiversa del mundo.
El informe ofrece datos de cómo, a pesar de su discurso comprometido con la lucha contra la deforestación, las acciones que están tomando las multinacionales de la soja son ineficaces, lo que hace de la devastación de la zona una cuestión ambiental de gravedad para todo el planeta.
No en vano, la tasa de deforestación y conversión de vegetación nativa creció un 34 % entre 2018 y 2020 en las 25 áreas de alto riesgo investigadas, a pesar de ser zonas prioritarias de protección. En ese periodo, la tasa de deforestación en las plantaciones de soja en esas zonas se incrementó en un 61 %.
En 2018, los países europeos importaron 20 millones de toneladas de soja procedente de Brasil, destinadas en su mayoría a la alimentación animal.
De hecho, al menos un 17 % de las importaciones anuales de soja brasileña de la UE están vinculadas a la tala ilegal de bosques en las regiones de la Amazonía y El Cerrado.
Actualmente, para la protección de los bosques, la UE trabaja en una regulación que limite la importación de determinadas materias primas y productos causantes de deforestación, entre los que se encuentra la soja.
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