El CES reclama ayudas universales para poner freno a la pobreza infantil en España

El Consejo Económico y Social de España (CES) ha solicitado la creación de una prestación universal de crianza para combatir la pobreza infantil, que afecta al 33 % de los niños en el país. En su informe "Derechos, calidad de vida y atención a la infancia", el CES destacó la urgencia de actuar frente a este problema, que tiene consecuencias a largo plazo para el futuro del país.

El CES solicita implementar ayudas para acabar con la pobreza infantil

El Consejo Económico y Social de España (CES) ha solicitado la implementación de una prestación universal de crianza como respuesta al creciente problema de la pobreza infantil, que afecta a un 33 % de los niños en el país. En su informe "Derechos, calidad de vida y atención a la infancia", el CES subraya la urgencia de abordar esta realidad, ya que la pobreza tiene efectos negativos no solo en los más vulnerables, sino en el futuro del país entero.

La propuesta busca aliviar a las familias con niños pequeños, proporcionándoles un apoyo económico vital. A largo plazo, invertir en la infancia es esencial para construir una sociedad más justa y equitativa.

El presidente del CES, Antón Costas, ha destacado que la pobreza infantil es "la lacra más lacerante" de España, afectando a uno de cada tres niños, lo que puede tener consecuencias devastadoras para su desarrollo y futuro. Los niños que crecen en la pobreza tienen mayores probabilidades de enfrentarse a precariedad laboral y desempleo en su vida adulta.

Además, la pobreza infantil tiene un costo económico significativo para el país, representando una pérdida del 5 % del PIB, lo que equivale a unos 60.000 millones de euros anuales.

¿Qué es la Prestación Universal de Crianza?

La Prestación Universal de Crianza es una propuesta del Consejo Económico y Social (CES) para establecer una ayuda económica dirigida a todas las familias con hijos pequeños, sin ningún requisito previo.

Este tipo de apoyo ya está en funcionamiento en varios países europeos, por lo que resulta sorprendente para el CES que, siendo España una de las economías más fuertes de la región, aún no haya implementado una medida similar.

El CES sostiene que, aunque no se ha determinado el coste exacto, España dispone de los recursos necesarios para financiar esta prestación. La implementación dependería de la voluntad política del gobierno y de la decisión de priorizar la infancia en las políticas públicas. Como afirma Antón Costas, presidente del CES, “no es propio de una sociedad decente permitir que un tercio de sus niños crezca en pobreza”.

Esta propuesta tiene como objetivo reducir la pobreza, proporcionando un apoyo económico universal, que beneficiaría a todas las familias, independientemente de sus ingresos. La ayuda se extendería, en principio, hasta los 3 años, una etapa crítica para el desarrollo infantil, aunque también podría llegar hasta los 6 años.

El CES subraya que las ayudas actuales son fragmentarias e insuficientes, como ocurre con el complemento de crianza del ingreso mínimo vital, al que solo accede una pequeña parte de las familias elegibles. La Prestación Universal de Crianza garantizaría que ningún niño quede fuera de este apoyo esencial, cubriendo gastos básicos como alimentación, educación y vivienda.

Efectos positivos para la sociedad y la economía

Una prestación universal de crianza no solo sería beneficiosa para las familias, sino que también tendría efectos positivos en la sociedad y la economía, de forma directa y clara en varios aspectos clave:

• Reducción de la pobreza infantil: La ayuda económica garantizaría un ingreso adicional para las familias, lo que les permitiría cubrir las necesidades básicas de los niños y niñas, contribuyendo a la disminución de la pobreza infantil en el país.
• Mejorar el desarrollo infantil: Los niños que crecen en hogares con más recursos tienen mayores oportunidades para acceder a una mejor salud, educación y bienestar, lo que les otorga una ventaja para su futuro.
• Equilibrio generacional: Según el CES, es necesario ajustar la distribución de los recursos públicos para asegurar que se dedique una mayor proporción a la infancia. Las ayudas actuales son insuficientes, y una prestación universal contribuiría a un reparto más equitativo.

Este enfoque no solo mejora la calidad de vida de los niños, sino que también favorece un desarrollo social y económico más justo y equilibrado.