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Las carencias y la debilitada economía venezolana llevan algunos años empujando a su población a la migración hacia otros países, tanto del continente como fuera de él. Este flujo de personas ha supuesto un importante impacto en países como Colombia, Perú o Chile. Ahora Brasil se enfrente a la llegada de miles de personas que buscan una oportunidad. Para hacerle frente, han puesto en marcha la 'Operación Acogida', un sistema político migratorio inteligente.
Desde 2017 hasta marzo de este año, más de 800.000 venezolanos han cruzado las fronteras de Brasil, según los datos recogidos por la Organización Internacional para Migraciones (OIM). Esta nutrida migración, ha convertido al país en el quinto destino de los más de 7 millones de venezolanos que han tenido que abandonar su país por la situación económica. La 'Operación Acogida' se ha ideado para gestionar desde el respeto y la ayuda, todo este flujo de población.
3 fases para gestionar la migración
La 'Operación Acogida' consta de tres fases por las que los migrantes atraviesan antes de establecerse plenamente en el país. En la primera de ellas, los recién llegados, pasan por una etapa de identificación, cuidados médicos básicos e inmunización. Una vez superada esta primera parte, la siguiente se centra en proveerles de alojamiento, así como de alimentos, educación, protección social y salud en las ciudades cercanas.
La última fase en este programa de gestión de migración, se ofrece la reubicación voluntaria en otras zonas de Brasil, que cuenta con un basto territorio, en el que se ofrecen diferentes oportunidades económicas y de integración. Esta última parte es especialmente importante para que el proceso no acabe derivando en situaciones de xenofobia, explica William Clavijo, presidente de la ONG Venezuela Global, en una entrevista para la BBC.
"Brasil es un país de dimensiones continentales y la política gubernamental es inteligente porque, si distribuyes cientos de miles de venezolanos en diferentes estados de un país de 215 millones de habitantes, los recién llegados casi que pasan desapercibidos", puntualiza Clavijo sobre esta fase de la migración.
Un viaje para no volver
La situación política y económica de Venezuela se ha deteriorado ampliamente en los últimos años. Las cifras de crecimiento de 2022 no han sido suficientes para paliar las desigualdades sociales. Según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), la actividad económica se contrajo un 8,3 % en 2023, lo que tampoco augura una mejora de la situación actual. Este es uno de los principales factores por los que la migración venezolana mira al largo plazo.
La OIM realizó un informe para monitorear los datos migratorios y en ellos pudieron encontrar una amplia mayoría de personas que viajaban al Brasil para quedarse. De hecho, el 95 % de los encuestados para el estudio, aseguró que tenía intenciones de quedarse.
La gestión del flujo de migración en Brasil nada tiene que ver con lo que se ve en otros países del continente como EE.UU., a pesar de que este sea un país con más recurso. Brasil ha encontrado una fórmula que de momento es útil y ejemplar en lo que se refiere a los derechos humanos.
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