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Los niños también pueden sufrir una lipotimia. Así es como se denomina al desmayo infantil, se le suele denominar síncope o lipotimia, y es un desvanecimiento, una pérdida de conocimiento de corta duración (2-3 minutos). El cerebro no recibe suficiente sangre.
El niño cae al suelo y nosotros, como padres, nos llevamos un buen susto.
¿A qué son debidos estos desmayos en la infancia?
En la mayoría de los casos, una lipotimia se da por una bajada transitoria de la tensión arterial.
Tienen diversos desencadenantes: el mareo por visión de sangre, el dolor propio o ajeno, el ayuno, la falta de sueño, permanecer durante mucho tiempo de pie, el calor, los cambios de postura bruscos...
¿Cómo debemos actuar?
Que no cunda el pánico, una lipotima no se debe a una enfermedad. En la mayoría de los casos no precisan ningún tratamiento.
Su evolución natural es a la mejoría con el paso del tiempo. No obstante, es importante ofrecer una serie de recomendaciones para intentar que tengan la menor repercusión posible sobre la calidad de vida de nuestros hijos.
- Aflojar la ropa alrededor del cuello o la cintura.
- Traslado a un buen ambiente de aire.
- Tumbarlo en posición horizontal con las piernas elevadas (lateralizar cabeza si nauseas o vómitos).
En caso de aparición de los primeros síntomas es necesario que el niño se tumbe lo antes posible para evitar la pérdida de conciencia y la caída al suelo y respirar lenta y profundamente.
Lo más importante: en caso de que tu hijo pierda la conciencia es conveniente elevarle las piernas y ponerle la cabeza de lado para que respire mejor. Cuando recupere la conciencia y desaparezca la sensación de malestar y debilidad puede incorporarse lentamente.
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