El reciclaje aumenta un 3,5 % con más de 1.600.000 toneladas recicladas

La sociedad parece cada vez más consciente de la importancia del reciclaje, aunque aún queda un largo camino por recorrer. El año pasado, se logró reciclar más de 1.600.000 toneladas de envases, lo que representa un aumento del 3,5% en comparación con 2022.

El complejo proceso de reciclaje

El proceso mediante el cual se otorga una segunda vida a los envases que depositamos en el contenedor amarillo es un procedimiento complejo que se inicia en la planta de reciclaje. Este proceso es fundamental para garantizar que los materiales reciclables sean gestionados de manera adecuada y eficiente.

En esta fase inicial, las palas de las excavadoras, así como los camiones, desempeñan un papel crucial al alimentar la línea de producción. Es en este punto específico que se lleva a cabo la clasificación de los diferentes tipos de residuos, un paso esencial para asegurar que los materiales adecuados sean reciclados correctamente.

La evolución tecnológica

A lo largo de los años, la evolución de la tecnología y la creciente automatización en las plantas de reciclaje han permitido no solo mejorar la eficiencia, sino también triplicar la producción y el rendimiento general de estas instalaciones. Este avance ha sido significativo, permitiendo que las plantas manejen un volumen mucho mayor de residuos y optimicen sus procesos de reciclaje. El primer paso en este procedimiento consiste en realizar una criba, donde los materiales se separan por tamaños, lo que resulta en una gestión más efectiva de los diferentes tipos de residuos. Luego, se procede a una clasificación más detallada, que tiene en cuenta la forma y las características específicas de los envases, permitiendo así que cada material sea agrupado de manera adecuada para su posterior reciclaje.

La importancia de una correcta clasificación de residuos

Sin embargo, es crucial señalar que, a pesar de estos esfuerzos por clasificar y reciclar, entre todo el material que se recibe en las plantas, se estima que más del 31% no debería haber llegado a ellas. Este porcentaje representa una gran preocupación, ya que implica que muchos residuos están siendo mal gestionados. Por lo tanto, es fundamental recordar que ciertos artículos no deben ser depositados en el contenedor amarillo.

Por ejemplo, materiales como textiles, electrodomésticos, chatarra y algunos objetos de plástico, tales como juguetes o medicamentos, no se consideran envases y, por ende, no deberían ser reciclados a través de este sistema. Aunque estos materiales también son reciclables y se pueden gestionar adecuadamente, el contenedor amarillo no es el cauce adecuado para ellos. Es esencial que la comunidad esté informada y consciente de qué tipos de residuos son apropiados para este contenedor, ya que esto no solo facilita el proceso de reciclaje, sino que también contribuye a una gestión de residuos más sostenible y responsable.

Los diversos materiales se compactan y los lotes, conocidos como "balas", se envían a las empresas recicladoras para transformarse en nueva materia prima.

Por ejemplo, el aluminio de las latas se utiliza en la fabricación de llantas, bicicletas, ollas y sartenes. Los bricks, por su parte, se convierten en cartón y papel. Como se puede observar, los envases pueden tener múltiples y variadas vidas una vez que se desechan.