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El crecimiento continuo de la construcción de edificios en el mundo se desvinculó del incremento de las emisiones de gases que calientan el planeta por primera vez el año pasado desde la adopción del Acuerdo de París, en 2015.
Así figura en el último informe anual sobre el sector de la construcción elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y la Alianza Global para los Edificios (GlobalABC).
El ‘Informe sobre la situación mundial de los edificios y la construcción 2024-2025: No es solo un ladrillo más en el muro’ destaca los avances logrados para contribuir a alcanzar los objetivos climáticos globales, pero reclama una mayor ambición en seis ámbitos, entre ellos más códigos energéticos en edificios, energías renovables y financiación.
“Los edificios donde trabajamos, compramos y vivimos representan un tercio de las emisiones globales y un tercio de los residuos globales”, según Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma.
La construcción reduce sus emisiones globales de CO2 por primera vez desde 2020
El sector de la construcción, uno de los principales emisores de CO2 a nivel mundial, ha logrado reducir sus emisiones por primera vez desde 2020.
Este hito marca un cambio importante en la industria, que históricamente ha sido responsable de una gran parte de la contaminación global. Gracias a la adopción de tecnologías más sostenibles y el uso de materiales con menor impacto ambiental, el sector está avanzando hacia una menor huella de carbono.
Factores que han contribuido a la reducción de emisiones
Varios factores han influido en este descenso de las emisiones de CO2 en la construcción. En primer lugar, la adopción de tecnologías más eficientes ha permitido reducir el consumo energético en edificios y obras. Cada vez más, las constructoras optan por materiales sostenibles, como el hormigón de bajas emisiones y la madera certificada, que generan menos impacto ambiental en comparación con los materiales tradicionales.
Otro factor clave ha sido la implementación de normativas ambientales más estrictas en distintos países. Gobiernos y organismos internacionales han establecido regulaciones para disminuir la contaminación en la construcción, incentivando el uso de energías renovables y la optimización de los recursos.
Finalmente, el auge de la arquitectura sostenible y la creciente demanda de edificios ecológicos han impulsado cambios significativos en la forma en que se construyen las infraestructuras. Desde viviendas hasta rascacielos, cada vez más proyectos buscan obtener certificaciones como LEED o BREEAM, que garantizan su eficiencia energética y su bajo impacto ambiental.
Desafíos y futuro
A pesar de esta reducción en las emisiones, el sector de la construcción aún enfrenta desafíos importantes para continuar por este camino. La urbanización sigue en aumento, lo que implica una mayor demanda de nuevos edificios e infraestructuras. Para lograr una reducción sostenida de las emisiones de CO2, es fundamental seguir invirtiendo en innovación y fomentar la reutilización de materiales.
Otro reto es el acceso a tecnologías y materiales sostenibles en países en desarrollo, donde la construcción sigue dependiendo en gran medida de procesos altamente contaminantes. Para solucionar esto, se necesita un esfuerzo global que combine regulaciones, incentivos económicos y educación sobre prácticas más sostenibles.
A futuro, el sector deberá centrarse en la eficiencia energética, el reciclaje de materiales y la reducción del consumo de agua para consolidar un modelo más respetuoso con el medio ambiente. La digitalización y el uso de herramientas como el modelado de información de construcción (BIM) también jugarán un papel clave en la optimización de los procesos constructivos.
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