Las impresoras 3D siguen creciendo en el mercado alimenticio y ahora llega el primer filete de salmón vegano y sostenible

La tecnología de las impresoras 3D es completamente imparable. Desde que en 1981 el japonés Hideo Kodama presentara este fantástico invento, hay pocas cosas que se le han resistido y es posible que ayude a "imprimir" la nueva realidad que ya nos está empezando a rodear. Desde puentes que unen ciudades, prótesis y todo tipo de aplicaciones médicas, pasando por la alimentación y llegando incluso a ser utilizadas para empezar a construir residencias en la luna, a penas encuentra barreras.

Pero sin duda un de las industrias que más incertidumbre, a la vez que curiosidad, está levantando, es la alimentaria. Con algunos nuevos retos que se presentan a nivel global, como el crecimiento exponencial de la población global, así como la producción alimenticia contaminante que tenemos hoy en día, e incluso el cambio climático y su impacto en la agricultura, las impresoras 3D se alzan como una alternativa vegana, sostenible y, quizá en algún momento, más económica.

De las impresoras 3D a nuestros platos

Hace tan solo una década atrás, la NASA decidió utilizar las impresoras 3D para fabricar alimentos para sus astronautas. Algo que parecía totalmente sacado de la ciencia ficción, hoy en día es ya un hecho y al alcance de muchos. El crecimiento de esta industria se sitúa en un 22 % anualmente, y se calcula que para 2025 su valor en el mercado alcance los miles de millones de euros. Pero, ¿Cómo son los alimentos "impresos"?

Para responder a esta pregunta podemos hablar de la startup austriaca Revo Foods, que hace pocos días presentaba una de sus mayores hazañas: un filete de salmón perfectamente moldeado gracias a las impresoras 3D. Aunque no es el primer alimento que se imprime, ya que actualmente se cuenta con una larga lista entre las que se incluye el pollo, la carne, frutas y algunas verduras, es la primera vez que se imprime un filete de salmón de una forma tan similar al real, añadiéndole además otros nutrientes.

La "tinta" que utilizan esta impresoras 3D suelen estar hechas de materiales comestibles, como masas o pures de frutas o granos. En el caso de este filete de salmón, se han utilizado hongos filamentosos, lo que además lo convierten en un alimento totalmente vegano. Según la empresa responsable, este filete contiene las mismas cantidades de ácidos grasos omega-3 que aquellos filetes que intenta imitar. Pero no solo eso, también se le han añadido hasta 6 tipos de vitaminas y se han eliminado algunos alérgenos como el gluten.

¿Comida a la carta?

El hecho de poder utilizar otro tipo de materias primas para desarrollar alimentos tan distintos, como pasar de hongos a pescado, así como introducir nuevos nutrientes o evitar otros que puedan resultar perjudiciales para la salud de algunas personas, abre una puerta enorme a poder fabricar alimentos "a la carta", gracias a las impresoras 3D, tomando en cuenta las intolerancias, alergias o retirando azúcares y otros productos poco beneficiosos. Pero, ¿Nos llegaremos a fiar de estos alimentos como para comérnoslos?