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El desarrollo global de la Covid-19 ha provocado que, de forma simultánea, diversos laboratorios en todo el mundo busquen el remedio a través de una vacuna para el coronavirus. En menos de un año, ya existen varios modelos de vacuna que han pasado la Fase 3. Con esta circunstancia podríamos preguntarnos: ¿en qué situación está la vacuna para el Sida? Los años pasan, y las personas afectadas continúan esperando mientras asisten a este empuje internacional para lograr con éxito una vacuna para una patología totalmente distinta al VIH.
‘ElDiario.es’ recoge las declaraciones de la científica Beatriz Mothe: "El VIH es un retrovirus que crea un gran número de mutantes cada vez que se multiplica". Esta diversidad viene suponiendo grandes adversidades para enfrentar desde la ciencia, tratamientos preventivos contra el SIDA y los que se puedan aplicar una vez que la enfermedad ya se haya expandido.
La ciencia espera lograr una vacuna para el Sida a corto plazo
La científica señala que: "fortalecer un organismo que lleva años y años luchando contra esa capacidad de escape del virus es muy difícil". Esto se debe a que el sistema inmunitario de los pacientes que ya están infectados de VIH genera respuestas contra cada una de esas mutaciones.
En el caso de la gripe, ocurre algo similar, aunque en menor medida. Por este motivo, cada año hay una vacuna con una cepa diferente.
Los expertos científicos buscan la vacuna eficaz para el VIH. 2009, fue el año en el que se comprobó que la vacuna más avanzada hasta ese momento, solo evitaba un 30 % de las infecciones.
El producto MVA-B demostró en 2008 una alta eficacia en ratones y macacos en la protección contra el virus de la inmunodeficiencia del simio (SIV). Actualmente este hallazgo ha motivado la puesta en marcha del ensayo clínico en 30 voluntarios sanos.
El estudio, del que se hace eco el digital ‘Barnaclinic’, está dirigido entre el Hospital Clínic de Barcelona y el Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Con la alta respuesta inmunológica en humanos, el equipo iniciará con la Red de Investigación del Sida, un ensayo clínico en fase I con voluntarios infectados con VIH para comprobar su eficacia como vacuna terapéutica.
Este producto es fruto de la introducción de cuatro genes del VIH (Gag, Pol, Nef y Env) en la secuencia genética de vaccinia. Un sistema inmunitario sano, reacciona frente al MVA, y los genes de VIH insertados en su ADN no son capaces de infectar a seres humanos. Esto es lo que garantiza su eficacia y aporta seguridad al ensayo clínico.
Entrenamiento del sistema inmune
Los investigadores señalan que la eficacia del tratamiento reside en que el sistema inmunológico puede quedar entrenado para responder frente a partículas del virus y células infectadas de forma duradera.
Por su parte Mariano Esteban, responsable del desarrollo del compuesto en el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, señala que “MVA-B ha demostrado que es tan potente, o mejor, que las vacunas actualmente en estudio”.
Con respecto a los efectos secundarios observados, el doctor Juan Carlos López Bernaldo de Quirós, responsable del equipo del Hospital Gregorio Marañón, señaló que: “son los que cabe esperar en cualquier tipo de vacunación, principalmente de tipo local en la zona de inyección. No ha existido ningún efecto adverso que haya comprometido la salud de los voluntarios”.
Finalmente, el investigador del CSIC aclaró que “para poder comercializarse, el cóctel genético debe superar aún todas las pruebas de futuros ensayos clínicos en fase II y III”.
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