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Unicef ha hecho un llamamiento global urgente para recaudar 9.400 millones de euros, destinados a proporcionar ayuda humanitaria a 109 millones de niños en 146 países en 2025. La organización de Naciones Unidas subraya la magnitud de la crisis, destacando que cada vez más niños enfrentan emergencias como conflictos, desastres climáticos, desplazamientos y crisis sanitarias.
La peor crisis humanitaria para la infancia
El informe Acción Humanitaria para la Infancia 2025 de Unicef expone que 213 millones de niños se verán afectados por situaciones de emergencia el próximo año. Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef, señaló: “La escala de necesidades humanitarias para los niños se encuentra en un nivel históricamente alto”. Además, estima que 58 millones de niños nacerán en países en crisis, lo que pone de manifiesto la importancia de una respuesta humanitaria eficiente y sostenible.
La organización planea usar los fondos para garantizar servicios esenciales, como salud, educación, protección contra la violencia y acceso al agua. En palabras de Russell: “Debemos asegurarnos de que sus derechos sean protegidos y respetados”.
Prioridades y retos para 2025
Unicef tiene como objetivos para el próximo año:
- Proporcionar atención médica primaria a 56,9 millones de mujeres y niños.
- Detectar y tratar la desnutrición aguda en 34 millones de menores.
- Ofrecer apoyo psicológico a 20,6 millones de niños y cuidadores.
- Proteger a 11,1 millones de personas frente a la violencia de género.
- Garantizar educación formal o informal para 24 millones de niños.
- Suministrar agua potable a 55,3 millones de personas.
Por países, las mayores necesidades se concentran en Afganistán, Sudán, República Democrática del Congo, Palestina y Líbano, que representan las principales prioridades de financiación de la organización.
La falta de financiación y sus consecuencias
Unicef advirtió sobre la falta de recursos en emergencias críticas en países como Burkina Faso, Líbano, Uganda, Mali y Myanmar.
Este año, más del 50 % de los fondos recibidos se destinaron a crisis en Afganistán, Siria, Ucrania y Etiopía, pero muchas otras emergencias quedaron desatendidas. “Imaginemos lo que podemos lograr si trabajamos juntos”, afirmó Russell, instando a la cooperación global para abordar estas necesidades apremiantes.
Proteger la infancia es fundamental porque los primeros años de vida son cruciales para el desarrollo físico, emocional, social e intelectual de una persona.
1. Desarrollo integral
- Cerebro en formación: Durante la infancia, el cerebro desarrolla conexiones esenciales que determinan habilidades cognitivas, emocionales y sociales. Una infancia protegida favorece este desarrollo.
- Habilidades básicas: La infancia es la etapa donde se adquieren habilidades esenciales como el lenguaje, la empatía y el manejo de emociones.
2. Derechos fundamentales
- Los niños tienen derechos universales reconocidos por organismos como la ONU (Convención sobre los Derechos del Niño), incluyendo el derecho a la vida, la educación, la salud y la protección contra el abuso y la explotación.
- Proteger la infancia asegura que estos derechos no sean vulnerados.
3. Prevención de traumas y daños futuros
- Las experiencias adversas en la infancia (maltrato, abandono, violencia) pueden generar traumas que afectan la salud mental y física en la adultez.
- Un entorno seguro reduce el riesgo de problemas como ansiedad, depresión o conductas antisociales.
4. Reducción de desigualdades
- La protección de la infancia incluye garantizar el acceso a la educación, la alimentación y la atención médica, lo que contribuye a reducir las desigualdades sociales.
- Dar oportunidades equitativas desde la niñez promueve sociedades más justas.
5. Construcción de futuros ciudadanos
- Los niños son los futuros líderes, trabajadores y miembros de la sociedad. Una infancia protegida y bien atendida fomenta individuos responsables, creativos y resilientes.
6. Vulnerabilidad inherente
- Los niños son especialmente vulnerables porque dependen de los adultos para satisfacer sus necesidades básicas. Proteger la infancia significa asumir la responsabilidad de cuidarlos y guiarlos.
En esencia, proteger la infancia no solo beneficia a los niños, sino también a la sociedad en general, ya que invierte en el bienestar y desarrollo de futuras generaciones.
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