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“UNICEF celebra el acuerdo de un alto el fuego en el Líbano, que esperamos ponga fin a la guerra que ha matado a más de 240 niños y niñas, herido a unos 1.400 y trastornado las vidas de innumerables personas. Se trata de un primer paso esencial para que las comunidades puedan recuperarse y reconstruirse tras meses de crisis y pérdidas.
Ahora debe empezar la labor urgente para garantizar que esta paz se mantenga. Los niños y niñas y sus familias deben poder regresar a sus comunidades en condiciones de seguridad, especialmente quienes se encuentran desplazados en refugios y comunidades de acogida. Su protección debe seguir estando en el centro de todos los esfuerzos para estabilizar la situación y apoyar la recuperación.
Las organizaciones humanitarias y su papel para proteger a los niños de los conflictos
Las organizaciones humanitarias desempeñan un papel crucial en la respuesta a emergencias, y es fundamental garantizar que puedan acceder de manera segura, puntual y sin restricciones a todas las áreas afectadas por conflictos o crisis. Este principio es especialmente relevante en el sur del Líbano, una región donde las condiciones de vida se han deteriorado significativamente debido a la escalada de tensiones y la devastación causada por la violencia.
En estas circunstancias, es imperativo priorizar la asistencia humanitaria para abordar las necesidades más urgentes de la población.
El acceso a agua potable debe ser una prioridad absoluta, ya que la falta de este recurso pone en riesgo la salud de miles de personas, especialmente de los niños y niñas, que son los más vulnerables a enfermedades transmitidas por el agua contaminada. Igualmente, garantizar un suministro adecuado de alimentos es esencial para combatir la desnutrición y fortalecer la resiliencia de las familias que han perdido sus medios de sustento.
La atención médica también es un pilar fundamental en estas intervenciones. Los sistemas de salud locales suelen estar desbordados o incluso destruidos en contextos de crisis, lo que hace indispensable la presencia de equipos médicos capaces de brindar atención de emergencia, tratamientos básicos y servicios de vacunación para prevenir brotes de enfermedades.
No menos importante es el apoyo psicosocial, que debe integrarse en los programas de ayuda para atender los traumas que afectan tanto a niños como a adultos. Los menores, en particular, necesitan espacios seguros y recursos que les permitan procesar el impacto emocional de la violencia y la pérdida, mientras que las familias requieren herramientas para reconstruir sus vidas y recuperar una sensación de estabilidad.
La destrucción de hogares, hospitales e infraestructuras civiles ha interrumpido la educación de más de dos millones de escolares y ha dejado a muchos niños y niñas sin acceso a atención sanitaria y servicios básicos. Restablecer estos servicios vitales es fundamental para garantizar que puedan recuperarse y continuar su desarrollo.
UNICEF apoya la recuperación temprana
UNICEF está disponible para apoyar los esfuerzos de recuperación temprana, proporcionando recursos y experiencia para reconstruir los sistemas de agua, atención primaria de salud, escuelas y otros servicios de los que depende la infancia.
Este alto el fuego es una oportunidad no sólo para poner fin a la violencia, sino para trazar un camino que priorice la seguridad y el bienestar de los niños y niñas y las familias. Pedimos a todas las partes en conflicto que mantengan sus compromisos, respeten el derecho internacional y trabajen con la comunidad internacional para mantener la paz y garantizar un futuro mejor para la infancia.
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