Las mantarrayas, también se rayan...

De forma errónea, se ha tendido a considerar que las mantarrayas, al igual que los tiburones, son peces fríos, solitarios, que no se relacionan.

Pero gracias a una investigación reciente, se derriban esas creencias falsas, pues estas especies marinas pueden llegar a tener una vida social bastante compleja.

En el caso de esta especie, hemos de decir que son especies majestuosas, que son capaces de alcanzar hasta 5,4 metros, como la Mobula alfredi, que surca los arrecifes tropicales en grupos grandes, tal y como indica Rob Perryman, investigador de la Marine Megafauna Foundation.

Mantarrayas, peces con cerebros grandes

La investigación revela que las mantarrayas realizan las actividades de alimentación y cortejo en grupo, y que además de ser el pez con el cerebro más grande, son razonablemente inteligentes.

Tras cinco años de observaciones e investigación, el estudio revela que las mantarrayas de arrecife eligen «socializar con otros individuos que conocen y recuerdan el contacto social con dichos individuos», afirma Perryman, cuyo estudio se publicó en la revista Behavioral Ecology and Sociobiology.

La investigación se llevó a cabo en el parque marino de Raja Ampat, un parque indonesio diverso y con un hábitat tranquilo, donde esta especie se comporta de forma natural.

Los investigadores documentaron 3400 encuentros con casi 600 mantarrayas diferentes y los introdujeron en una base de datos que indicaba qué observaban, dónde y con cuál estaban. Tras analizar estos datos, los investigadores eliminaron las razones no sociales por las que algunas especies pueden congregarse en lugares específicos, como las preferencias de hábitat.

Los análisis mostraron que se conforman dos tipos de círculos sociales:

• Grupo de hembras maduras
• Grupo de machos, hembras y juveniles

Según la investigación, se cree que el primer grupo se debe a un método de defensa contra intentos de apareamiento indeseados por parte de los machos.

Pero el caso, es que expertos como Joshua Stewart, ecólogo de conservación del Manta Trust, una ONG con sede en el Reino Unido, aplaude los descubrimientos, pero apunta que las alianzas entre mantarrayas, solo duran semanas o meses, no décadas como en el caso de las ballenas.

El caso, es que este estudio vuelve a reafirmar que los peces son inteligentes y que sienten, y que las interacciones sociales que llevan a cabo pueden, como en el caso de las mantarrayas, aclarar unas marcas blancas situadas en su espalda.

Investigaciones que van encaminadas a la preservación de la especie

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza clasifica como vulnerable a la extinción a esta especie, sobre todo las de arrecife, ya que se enfrentan a muchos peligros como la contaminación plástica y la sobrepesca.

El estudio de su vida y redes sociales es fundamental para conocer el estado de su reproducción y los hábitos de búsqueda de alimento.

Es por ello, que las actividades turísticas como la observación o el nado con la especie, tiene que basarse en pro a la sostenibilidad y preservación de la especie, por lo que esta investigación es fundamental para establecer parámetros seguros para la especie.

La investigación de la vida social de las mantarrayas va mucho más que una mera curiosidad, sino que indaga para que los gobiernos desarrollen pautas y se pueda conectar de forma fácil al público con estas especies, pero sin dejar de lado su protección.